La participación de representantes de la iglesia católica fue una cuestión recurrente en la guerra por la independencia mexicana.
Ya hemos destacado en esta página el rol fundamental que desplegó como iniciador de la lucha el sacerdote Hidalgo y Costilla, pero no fue el único hombre de Dios que se sumó incondicionalmente a la causa, hubo unos cuantos más que también dieron su vida por la libertad de su patria y entre ellos nos encontramos a Mariano Matamoros, sacerdote por vocación y de profesión, pero también héroe de su país, porque sería una pieza clave en la lucha por la autonomía.
Mariano Matamoros y Guridi, nació el 14 de agosto del año 1770 en la ciudad de México.
En su ciudad de origen cursaría los estudios básicos y se graduaría tanto de bachiller en arte como de bachiller en teología.
Con una vocación ya afirmada, en el año 1796 se ordena como sacerdote y a partir de ese momento y hasta que comenzace su lucha activa a favor de la independencia, se desempeñó como tal en diversas parroquias de México.
Para el año 1808, cuando comienzan a hacerse más fuertes y presentes las inquietudes libertadoras, Mariano, las comparte y también se acercará a quienes las impulsaban.
Y como sucedía con la mayoría de aquellos que se oponían a la autoridad vigente, Matamoros, sufrió la persecución virreinal y debió huir, tras lo cual se pondrá bajo las órdenes de José María Morelos.
Este lo designa coronel y además lo insta a conformar su propio ejército con el cual participaría en varios enfrentamientos y además serviría de apoyo militar a Morelos.
La excelencia al mando de la tropa hizo que Morelos lo ascendiese, e incluso, lo considerase su mano derecha.
En enero del año 1814 el ejército realista embiste con crudeza a los patriotas y en el intento de fuga Matamoros es detenido.
De nada valieron los esfuerzos del propio Morelos que ofreció entregar decenas de solados españoles retenidos a cambio de la libertad de su hombre de confianza, ya que la autoridad española se lo negó rotundamente.
Tras el juicio es sentenciado a ejecución por traición al rey Fernando VII.
Era el 3 de febrero del año 1814.
Años después, cuando la independencia fue un hecho concreto, Matamoros, fue reconocido oficialmente como héroe de la patria mexicana y sus restos descansan hoy en el mausoleo que alberga a los héroes de la independencia mexicana.