Fue un emblemático dirigente político de la Unión Cívica Radical (UCR) que aunque algo eclipsado por el liderazgo que en su tiempo de influencia ejerció Hipólito Yrigoyen, de todos modos, se ganó un espacio destacado en la historia de su partido y en la del país por haber ocupado la presidencia de la Nación entre 1922 y 1928, justamente entre medio de la primera y segunda presidencia de Yrigoyen.
Procedente de una acaudalada familia integrante de la elite local surgió en aquellos años como la contracara que un sector de la UCR le quiso imponer al personalismo de Yrigoyen
Nació en Buenos Aires, en octubre de 1868, en el seno de una familia de la aristocracia porteña y de larga tradición política en el país.
Estudió derecho y durante su juventud comenzó a militar en política.
Fue secretario del líder radical y fundador de la UCR Leandro N. Alem, y participó de la Revolución del Parque, entre otras manifestaciones que los radicales le asestaron a los conservadores durante su larga dominación política
Los analistas siempre destacaron la contradicción entre su militancia en uno de los partidos más populares como la UCR a pesar de proceder de una familia vinculada a la elite.
Desempeñó diversos cargos públicos antes de asumir como presidente en 1922: diputado por Buenos Aires y embajador argentino en Francia.
Entre 1931 y 1942, año en que murió, fue el presidente del Comité Nacional de la UCR
Durante su gestión como presidente se enfrentó a Irigoyen por el perfil personalista de este que no soportó que Alvear no designase representantes suyos en el gobierno.
Le tocó gobernar un tiempo de prosperidad económica, que en la Argentina favoreció a las industrias automotriz y petrolera
Una cuestión ajena a su rol político, pero que logró una enorme trascendencia pública, fue su casamiento con la cantante lírica portuguesa Regina Pacini, quien fuera sin duda alguna el gran amor de su vida y por la cual hizo diversas «locuras» para ganarse su amor, que finalmente se selló con el matrimonio y una vida en común hasta su muerte en 1942.
Referente absoluto del bel canto, Pacini, se retiró en pleno auge de su carrera profesional para casarse con él, y una vez convertida en primera dama se dedicó a las acciones de beneficencia
Por otra parte, se erigió en un emblema de la cultura, que asistió en primera persona a diversas causas tales como la construcción de la Casa del Teatro que al día de hoy alberga a aquellos actores y actrices que no tienen donde vivir.
La propia Regina, que supo vivir acomodadamente gracias a su posición y la de su esposo, terminó sus días modestamente, viviendo de una pensión.
Se radicó en Francia cuando finalizó su mandato presidencial y a pesar que se mantuvo activo en la política interna de su partido no regresó a la función pública a razón de la persecución que sufrió por parte de los mandatarios que gobernaron en la llamada década infame, tras el derrocamiento de Yrigoyen y hasta 1943.
Falleció en marzo de 1942.