Anne Louise Germaine Necker era su nombre original, sin embargo, su tiempo y la posteridad la conocieron y reconocerían por siempre como Madame de Staël.
Esta escritora con notables inquietudes políticas vivió entre la segunda mitad del siglo XVIII y la primera década del siglo XIX y si bien tenía un origen suizo fue considerada netamente francesa dada la importantísima influencia que ejercería en la cultura de Francia de su tiempo.
Su padre dirigió el tesoro y las finanzas durante la gestión de Luis XVI y de su madre heredaría la pasión por la literatura, ya que desde muy temprana edad demostró su inclinación hacia esta materia en el salón literario que disponía su progenitora.
Esto la acercaría al conocimiento de las ideas de los grandes filósofos de su época y también a algunas personalidades destacadas que pasaban por allí.
En el año 1786 se casa con el barón de Staël-Holstein, con quien tendría tres hijos, aunque, la unión marital finalizaría al poco tiempo ante las inquietudes amorosas de Madame por otros hombres.
Al estallar la Revolución Francesa su casa se convierte en centro de reunión literaria y también en un lugar de discusión de ideas y pensamientos, en tanto, una vez que la caída de la monarquía se convirtió en hecho debió salir de Francia y asentarse en Suiza.
Asimismo, Madame de Staël, fue una ferviente defensora de las libertades individuales y especialmente de la libre elección del amor, una propuesta bastante nueva para aquellos tiempos por cierto.
Su obra Delphine, justamente habla mucho sobre este aspecto.
Para 1797 regresa a su patria y de inmediato se convierte en una admiradora de Napoleón Bonaparte.
Pero esto no conmoverá al líder político de Francia por ese tiempo ya que desconfiaba bastante de una mujer tan comprometida con la política y que además tenía a su amante, el filósofo y escritor Benjamin Constant, en el bando contrario.
Entonces, en el año 1803 Napoleón impulsó a Madame a dejar Francia.
En el año 1802 queda formalmente viuda y se vuelve a casar con el militar suizo Albert de Rocca.
Tras su salida de Francia se instala en la ciudad suiza de Coppet en donde se dedicaría a escribir diversas obras.
Cuando se produce la restauración borbónica en Francia regresa al país y a los pocos años, el 14 de julio del año 1817 fallece a los 51 años de edad.