Luis XIV, también conocido como Luis el Grande o el Rey Sol , fue el monarca más destacado de la monarquía absoluta francesa.
Monarca absolutista, referente de esta forma de gobierno en Europa y en Francia, que gobernará más de setenta años
Con un larguísimo reinado, que duró un poco más de setenta años, Luis XIV, destacó del resto de sus colegas por el dominio militar, político y cultural que Francia logró durante su gestión, en la cual y por sobre todas las cosas, se procuró la consolidación de un régimen centralizado y absolutista alrededor de su persona.
Orígenes y llegada al poder
Luis XIV nació el 5 de Septiembre del año 1638 en Saint-Germain-en-Laye, Francia.
Era el primogénito del rey Luis XIII y de su esposa la reina consorte Ana de Austria y entonces, como tal, fue el heredero natural del trono francés cuando su padre falleció.
Cuando tenía tan solo cinco años, Luis XIV, heredó el trono, sin embargo, la imposibilidad de gobernar a tan temprana edad hicieron que el mando estuviese compartido por su madre y el Cardenal italiano Julio Mazarino.
A los 23 años, Luis XIV, asumió efectivamente el cargo de rey.
Características salientes de su gestión
Sus primeras medidas y también sobre las cuales se basaría su enorme poder fueron: rodearse de cortesanos sumamente dóciles a sus designios, reducir notablemente la nobleza, minimizar el poder del Parlamento y del clero, y centralización de la administración a partir de un aparato burocrático que fue especialmente preparado por su ministro de finanzas Jean-Baptiste Colbert.
En tanto, para poder hacerle frente a los fenomenales gastos de la corte, se decidió orientar todos los recursos hacia la hacienda pública, así, la producción agraria, manufacturera y el comercio exterior empezaron a ser celosamente controlados y sufrieron notables impuestos que iban a las arcas públicas.
Y en materia de política exterior, Luis XIV, se propuso, y lo lograría, que Francia sea respetada y reconocida en Europa, lográndolo a través de la participación en tres guerras importantes: la Guerra de Holanda, la Guerra de los nueve años y la Guerra de sucesión española.
De lo expuesto sobre las aristas más salientes de su gestión y forma de gobernar queda especialmente demostrada su adhesión a la forma de gobierno que dominaba varias naciones de Europa por aquellos tiempos: la monarquía absoluta.
Rasgos de la monarquía absoluta: el gobierno de Luis XIV fue su expresión más emblemática
Su gobierno es el más fiel exponente de la monarquía absolutista y siempre que se quiere explicarla se toma como ejemplo su reinado.
En la monarquía absoluta el rey es el que detenta el poder supremo, y eso justamente hizo Luis XIV a quien se le atribuye la frase “el estado soy yo”, el resto de las instituciones y organismos públicos están supeditados a sus designios y autoridad.
En tanto, uno de sus rasgos fundamentales fue la creencia que sostenía que el poder del rey emanaba directamente de Dios, y claro, eso hizo confundir a muchos monarcas y súbditos que creían por cierto que el rey era el mismísimo Dios, inclusive muchas excentricidades y decisiones increíbles se deben a esta postura de creerse lo máximo sobre la tierra.
Otra de las características de esta forma de gobierno era su carácter eterno y hereditario, es decir, el monarca dejaba el poder a su muerte, si así lo quería, y su sucesor se encontraba en la familia, tradicionalmente el primogénito varón.
La Revolución Francesa y las ideas reformistas que esta promovía del movimiento iluminista fueron las que marcaron el declive de esta forma de gobierno que se prolongó durante varios siglos en Europa, entre los siglos XVI y XVIII.
Fallece en el fastuoso Palacio de Versalles que mando a construir
A pesar que en un primer momento y en el grueso del tiempo en el cual reinó, sus medidas surtieron el efecto deseado, con el tiempo, no harían más que desembocar en pobreza para su pueblo y decadencia de la figura del rey, quien pese a todo siguió fiel a su estilo y convicciones hasta el final, que le llegó el 1 de Septiembre del año 1715, cuando falleció en el Palacio de Versalles, en Francia.
Su sucesor fue su bisnieto Luis XV.
A propósito, el Palacio Versalles es una de las joyas arquitectónicas de Francia, y por caso uno de los lugares más visitados y elogiados del mundo, y quien ordenó su construcción no fue otro que este monarca.
Era la residencia oficial del monarca y estaba ubicado en el municipio de Versalles cerca de la ciudad de Paris.
Está compuesto por tres palacios, unos fabulosos jardines y un parque precioso sobre un territorio extensísimo.
No solamente ha sido declarado Patrimonio histórico de Francia sino también de la Humanidad.
Respecto de su vida amorosa, en el año 1660 se casó con la infanta española María Teresa, aunque, también se le han endilgado numerosos romances, incluso, hasta se habría casado en secreto con una de sus amantes, Madame de Maintenon, cuando enviudó en el año 1680.