Boudica es la particular denominación que recibió una monarca guerrera que supo liderar a varias tribus britanas, tal como se conocen a los pueblos indígenas que habitaron Gran Bretaña, allá por el siglo I A.C. y I D. C., en el territorio que hoy corresponde al condado de Norfolk.
Pero además, Boudica, supo responder a favor de su pueblo y de otros pueblos vecinos, los trinovantes, a quienes también acompañó en sus momentos más difíciles: la ocupación romana llevada a cabo durante el gobierno del emperador Nerón, entre el 60 y 61 D.C.
No existen demasiadas precisiones acerca de su nacimiento e infancia, pero de acuerdo a los dos historiadores que más se ocuparon de ella, Tácito y Dión Casio, Boudica, habría nacido en el seno de una familia aristócrata icena.
Desde muy joven, Boudica, se habría destacado de sus pares por su notable sagacidad e inteligencia, algo que normalmente no era muy reconocido en las mujeres por aquellos tiempos.
Boudica se convirtió en reina consorte como consecuencia de su matrimonio con el rey de los icenos Prasutagus.
Si bien una de las características más destacadas de estos pueblos era su apego a la independencia, a Prasutagus no le quedó otra opción, ante la ausencia de descendencia masculina, que generar un acuerdo con el gobierno romano para que a su muerte, el emperador romano sea también heredero de su reino junto a las dos hijas que tuvo con Boudica, y entonces, de esta manera se aseguraría la continuación de la independencia de su territorio, en cierta medida, claro está.
Por supuesto, una vez que Prasutagus falleció, los romanos no respetaron el acuerdo y basándose en que su propia ley únicamente permite el traspaso de la herencia por línea paterna se hicieron dueños del territorio de Boudica y Prasutagus.
Tanto las tierras como los bienes de esta tribu fueron confiscados y a los nobles se los trató como esclavos.
Aproximadamente entre el año 60 y 61 mientras el gobernador romano de britania se hallaba en una misión, los icenos, se rebelaron contra la opresión romana y unieron fuerzas con la tribu trinovante y a Boudica la erigieron líder de la revuelta.
Si bien Boudica y su menos formal ejército lograron imponerse al organizado ejército romano en varios encuentros, cuando llegó el conocido como la Batalla de Watling Street, ni el ímpetu, ni las ganas, y ni siquiera la superioridad numérica del ejército britano liderado por Boudica pudieron con la organización del ejercito romano que se hallaba mejor parado en el campo de batalla.
El resultado fue una abrumadora y cruentísima derrota para Boudica y los suyos.
Boudica antes de ser atrapada por los romanos habría preferido suicidarse tomando veneno.
Su muerte, entonces, se produjo en el año 61. de nuestra era.