Legado es un término normalmente empleado en el ámbito jurídico. Es el conjunto de disposiciones que alguien deja por escrito a una o varias personas. Esta acción se lleva a término a través de un documento, un testamento, en el cual se establecen los bienes y pertenencias que se legan a alguien (jurídicamente denominado el legatario).
Hay que tener en cuenta que el legatario no significa que sea el heredero. Mientras el heredero es quien recibe la titularidad de los bienes del difunto, el legatario es quien recibe unos bienes determinados, aquellos que explícitamente han sido indicados en el testamento.
Se trata de un acto de carácter voluntario por parte del testador y puede sufrir modificaciones a lo largo de su vida.
Los bienes legados pasan al legatario cuando el testador ha fallecido. Todo aquello que se especifica en un legado en forma de testamento no puede entrar en contradicción legal con los derechos legítimos de los herederos.
Una de las circunstancias problemáticas de cualquier legado es el hecho de que los herederos del mismo deberán asumir las consecuencias económicas en aquellos casos en los que el bien transmitido tenga alguna carga o gravamen (por ejemplo, en la cesión de una vivienda hipotecada).
El concepto de legado se fundamente en el Derecho Romano, el marco jurídico general de la mayoría de las legislaciones vigentes.
Referencia histórica
La idea de legado va más allá de la esfera jurídica. De hecho, se utiliza también para indicar aquellas tradiciones, instituciones, ideas o valores que han sido heredadas por parte de una comunidad.
Cada pueblo tiene su propio legado histórico y cultural. Se transmite de generación en generación y no necesariamente es algo material, puesto que la mentalidad y ciertas costumbres son parte del legado recibido.
Si tomamos como referencia el mundo occidental, su legado tiene un origen muy preciso. Por una parte, el Derecho Romano ya mencionado, aunque también el pensamiento griego (singularmente a través de la filosofía, el arte y la cultura en general), así como los valores del cristianismo, las libertades políticas y los derechos sociales.
El legado en su sentido histórico nos permite entender que el presente es la consecuencia lógica del pasado y que nuestra realidad tiene unas raíces profundas. Incluso las ideas que tenemos no son normalmente propias, pues la mayoría de nuestras valoraciones personales forman parte del legado compartido.