José Mármol fue uno de los autores argentinos más notables de su patria durante el siglo XIX.
Su novela Amalia lo convirtió en uno de los escritores más leídos de su tiempo, aunque, su labor autoral no sería la única cuestión que lo haría famoso a Mármol ya que en su trascendencia es imposible no mencionar la férrea oposición que desplegó desde las letras a la figura y política de Don Juan Manuel Rosas.
En la mayoría de sus obras dejó plasmada su irrevocable diferencia con “el Restaurador de las Leyes”…
El nombre original de Mármol era José Pedro Crisólogo Mármol Zavalera y su origen mezcló raíces argentinas, por parte de padre, y uruguayas, por parte de su madre, en tanto, su nacimiento se produciría en la ciudad argentina de Buenos Aires, el 2 de diciembre del año 1817.
Tras completar su formación básica, Mármol, estudiaría Derecho en la Universidad de Buenos Aires, carrera que no terminó porque decidió dedicarse por completo a la política y a la actividad de autor.
En el año 1839 comenzaría formalmente su enemistad con Rosas cuando fue detenido por algunos días como consecuencia de ser acusado de difundir periódicos procedentes de la ciudad uruguaya de Montevideo.
Tras dejar la cárcel y temiendo represalias más graves sobre su humanidad acepta el cargo de secretario del ministro plenipotenciario, Tomás Guido.
Una vez alejado del mencionado cargo se establece en Montevideo donde colaborará en diferentes medios de difusión contra el antirosismo, además de escribir obras de su autoría.
Entre su vasta obra se destaca sin lugar a dudas la novela Amalia, considerada por todos la primera novela argentina.
La principal novedad de esta obra es que usando la excusa de una historia de amor entre los protagonistas, Amalia y Eduardo, Mármol, retrata la situación socio política que se vivía durante el gobierno de Rosas, obviamente, desde su particular visión de antirosista.
Eduardo es un joven de ideas unitarias que como tal intenta escapar de la persecución rosista y sumarse a la lucha contra el dictador.
En ese camino conoce a Amalia, una joven viuda con quien planea escaparse, aunque, lamentablemente, la mazorca, el brazo armado del rosismo, los sorprende y mueren en sus manos.
Una vez que el gobierno de Rosas se convirtió en un mal recuerdo, Mármol, regresa a Buenos Aires y ocupará cargos como senador, diputado y en el año 1858 se convertirá en el director de la Biblioteca Nacional, empleo que ocupó hasta su muerte en el año 1871.
Sus últimos años de vida estuvieron marcados por una ceguera que impedía el desarrollo normal de sus actividades.