Una jauría es un conjunto de animales que ladran o aúllan; eso significa que el término se aplica específicamente a distintos cánidos como los perros o los lobos. La jauría constituye un grupo en donde existe una organización muy marcada, con un integrante que ejerce el rol de liderazgo; el mismo suele tomar decisiones como atacar o tomar un determinado camino y los demás individuos lo seguirán. La jauría garantiza que los canidos en cuestión tengan mayores oportunidades de supervivencia al trabajar de forma coordinada para distintas tareas, como por ejemplo la obtención de alimento; no obstante, esta condición otorga prerrogativas a algunos integrantes con respecto a otros.
La forma en que se establecen las jerarquías en una jauría tiene que ver con determinados rituales en donde los integrantes establecen relaciones entre ellos. Estas relaciones pueden simular una pelea o una intimidación, pero pocas veces llevan a lastimar a los participantes. En efecto, las peleas son poco frecuentes y se relacionan con el período de celo antes que nada. En este sentido debe comprenderse que es el macho dominante quien tiene predominio a la hora de aparearse con las hembras, circunstancia que puede cambiar solo si existe un abierto desafío de otro macho. Por supuesto, cada tipo de especie tendrá sus características específicas, pero algunos rasgos se repiten con recurrencia.
A la hora de disponerse a cazar, una jauría suele tener un ataque conjunto y coordinado. Suelen rodear a la presa si la misma es grande y más fuerte que un integrante de la jauría. Así, comienza un acoso cauteloso que consiste en mordidas y huidas, circunstancia que va cansando a la víctima paulatinamente. Una vez que la misma se encuentra lo suficientemente cansada, los ataques se intensifican como consecuencia del menor peligro; así, el proceso continua hasta que finalmente todos se lanzan conjuntamente al ataque.
Esta consideración de la inclinación natural de determinados cánidos para formar grupos de pares puede dar cuenta también de determinados comportamientos que los perros tienen con sus amos. En efecto, los mismos suelen comportarse con su dueño como si fuese un integrante más de una jauría, en particular, el macho dominante. Esta circunstancia explica en buena medida la obediencia que le tributa. No obstante, en ocasiones puede acaecer que el animal tenga una conducta rebelde y desafiante, circunstancia que da cuenta de un proceso de desafío a la autoridad del amo de la misma manera que sucedería en una manada cuando un integrante disputa la supremacía de otro.