Itzamná es un personaje relevante a instancias de la civilización Maya.
Dios Maya, creador de la ciudad de Chichén Itzá
Se impuso como un gran sacerdote, fundador y habitante de la ciudad maya de Chichén Itzá, considerada a la fecha una de las más relevantes de esta cultura.
Se sabe que era un hombre muy sabio, que en dicha ciudad se estableció y difundió todo su saber.
Incluso se le atribuye la invención de una serie de letras que serían fundamentales en la comunicación.
Como consecuencia de su influencia en materia de difusión de conocimientos, Itzamná, fue elevado a la categoría de Dios Maya.
Es importante mencionar que la civilización maya fue una de las más relevantes de Mesoamérica, especialmente por el enorme desarrollo que presentó en aspectos como su sistema de escritura, el arte, las matemáticas, astronomía, arquitectura y hasta en la ecología.
Ocupó gran parte de México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador.
Dios del día, la noche, de los cielos y representante de la agricultura y la medicina
Itzamná tiene una fuerte vinculación con los astros, el sol, la luna, las estrellas, y se considera representante de la agricultura y de la medicina.
Era considera el señor del día y también de la noche y el rey de los cielos.
Un dios bueno por sobre todas las cosas cuya acción siempre estaba destinada a favorecer a los hombres, no a complicarlos, tal como sucede con otros dioses cuyas acciones tenían la misión de generar desastres y catástrofes.
Con respecto a su rol en materia de agricultura, una actividad tan importante por aquellos tiempos, se le atribuye a este dios haberle enseñado al pueblo la práctica del cultivo y el uso del ki, tal como se llama a una especie de planta con forma de rosta.
Era hijo del Dios creador Hunab Ku.
Se casó con la diosa Ixchel, diosa de la luna, el amor y la gestación.
La pareja tuvo 13 hijos, quienes también tuvieron destino de dioses.
Se lo representa como un anciano por su característica de omnipresente aunque también se cree que podía adoptar otras formas.