Para comprender el sentido de la palabra interpretación, vale la pena recordar que incorpora dos elementos. Por una parte, hay un contenido y por otra parte existe alguien que lo asimila de alguna manera, un intérprete. Interpretación implica que hay alguien que traduce una información para transformarla. Este proceso es aplicable a muchas circunstancias.
Si un músico lee un partitura y la convierte en música, está realizando una interpretación. Lo mismo sucede en el mundo del teatro, donde un dramaturgo escribe una obra, la cual va a ser representada por unos actores, quienes van a interpretarla.
Un texto escrito en un idioma se puede traducir, pero este proceso no es puramente mecánico. El traductor debe captar e interpretar el sentido originario de unas palabras y adaptarlas a otro idioma. Aunque hay herramientas técnicas que son muy útiles en la traducción de textos, la figura del traductor no ha desaparecido, ya que un programa de traducción difícilmente podrá interpretar el contenido de un mensaje de una manera correcta.
En el contexto de un análisis personal, es muy habitual afirmar que alguien tiene su propia valoración sobre unos hechos. Esto significa que hay una realidad concreta sobre la que se realiza una lectura individual, una interpretación.
Hay situaciones, en las que la interpretación tiene un componente misterioso. Es lo que sucede con los relatos míticos, los jeroglíficos o ciertos enigmas. Se presentan de tal manera, que es factible realizar todo tipo de interpretaciones.
En el mundo del arte, cada creación se presenta como una propuesta y el espectador o el crítico de arte intenta descifrar y entender las claves de la obra. En ese proceso complejo se está realizando una interpretación. Como es lógico, esto genera un debate permanente, ya que existen múltiples valoraciones y en muchos casos son contradictorias.
Cualquier dinámica en la que haya una interpretación incorpora dos elementos: uno objetivo y otro subjetivo. Lo objetivo es el mensaje que se expone ( una partitura, un texto, una pintura o una realidad concreta ). El intérprete es el receptor del mensaje objetivo y desde su punto de vista subjetivo emite un veredicto o expresa una manera de comunicar dicho mensaje.
Por último, vale la pena concluir con una reflexión. La palabra persona viene de máscara del actor o personaje. Esto implica que, de alguna manera, cada persona es una máscara que actúa ante sí mismo y ante los demás o, dicho con otras palabras, somos intérpretes de nosotros mismos.