Se denomina innovación al fenómeno mediante el cual un determinado cambio técnico logra cambios significativos tanto en el área económica como social. De esta aseveración se deduce que no cualquier variación tecnológica puede alcanzar el mote de innovación, sino solamente aquella que de una mejor solución a las necesidades de espectro social que las previamente vigentes. El teórico más reconocido en tratar el tópico es Joseph Alois Schumpeter.
Shumpeter precisa el concepto aludiendo a un nuevo modo de producción que hace que los factores involucrados se combinen de un modo novedoso impactando en la economía y la sociedad de modo profundo, destruyendo las relaciones previas y dando lugar a un nuevo orden; es por ello que para Shumpeter la característica fundamental del capitalismo es la destrucción creativa, el cambio constante que deja continuamente atrás estructuras para dar lugar a otras.
Este proceso va acompañado de la adquisición de una posición monopólica temporal por parte del agente económico que haya sido el causante del cambio; en efecto, al estar hablando de una nueva manera de combinar los factores productivos, solo el agente causante podrá usufructuarla, al menos hasta que este conocimiento se haga público, pero esa ventaja temporal le hará poseedor de una cuota significativa de mercado con pingues ganancias. Desde esta perspectiva es evidente un alejamiento de Shumpeter de la visión neoclásica, que pone énfasis en la competencia perfecta para dar cuenta del capitalismo; el capitalismo sería en este caso un proceso de búsqueda de continua innovación a los efectos de alcanzar una posición preponderante (monopólica) en el mercado.
Algunos ejemplos clarificadores para referirnos a la innovación pueden ser los siguientes: la imprenta, que hizo posible el acceso de la información contenida en códices al público general; el ferrocarril, que permitió acercar las distancias facilitando el traslado de mercaderías y materias primas; el telégrafo, con sus posibilidades de comunicación remota; el motor a explosión, con sus implicancias para el desarrollo de medios de transporte.
En la actualidad el proceso descrito se hace patente cuando observamos las soluciones que parecen acaecer a problemas que antes parecían de imposible resolución. Considérese, por ejemplo la escasez de petróleo que se temía una década atrás: en la actualidad, además de la aparición y perfeccionamiento de nuevas formas de conseguir energía, puede contarse con la extracción de petróleo no convencional y hasta se hacen presentes noticias de producción artificial del mismo. No es de sorprender que el futuro depare más sorpresas.