En los países democráticos las leyes son elaboradas por los representantes del pueblo. Sin embargo, en la mayoría de naciones se contempla la posibilidad de que el pueblo proponga algún tipo de medida legislativa. Esta opción es, precisamente, la idea esencial de la iniciativa popular.
Un instrumento de participación en la vida pública
A través de la iniciativa popular los ciudadanos pueden participar de una forma directa en la toma de decisiones. Así, es posible realizar propuestas de todo tipo y sobre cualquier tema de interés general.
Como criterio general este tipo de iniciativa se pone en marcha con dos actuaciones. En primer lugar, se presenta la propuesta ante las autoridades para que estas determinen la legalidad del proyecto. Con posterioridad comienza una fase en la que se buscan apoyos de la ciudadanía – normalmente a través de firmas –
En países como Suiza, para que una iniciativa popular sea votada por el conjunto de la nación debe ser apoyada por más de 100.000 personas
En Argentina esta fórmula de participación es relativamente reciente y para que se lleve a término deben cumplirse una serie de requisitos (hay que destacar que en la legislación Argentina se contempla que los promotores de la iniciativa también puedan participar en los debates parlamentarios donde se tramita la propuesta).
En los últimos años en España se han realizado propuestas de los ciudadanos relacionadas con la pobreza energética, el endurecimiento de las sanciones en la conducción temeraria o los desahucios (el término utilizado en la legislación española es Iniciativa Legislativa Popular y el número de firmas que se exigen asciende a las 500.000).
En Estados Unidos la legislación contempla propuestas ciudadanas de varios tipos: locales o estatales, directas o indirectas, consultivas, etc.
En 2007 se presentaron en Colombia casi 2 millones de firma para limitar el uso de armas.
Democracia participativa
Las iniciativas populares se enmarcan en un contexto más general, la democracia participativa. Se trata de un concepto amplio que incluye ideas y propuestas diversas: listas abiertas en los procesos electorales, apelaciones de sentencias aprobadas por un tribunal, asambleas populares, presupuestos públicos con participación ciudadana, consultas sobre asuntos de interés general, etc.
Normalmente la participación se realiza a través del voto directo, pero en los últimos años se ha introducido la votación por internet.
En síntesis, se trata de plantear la democracia no simplemente como un conjunto de instituciones que emanan del pueblo, sino que el propio pueblo puede convertirse en un actor político a través de los distintos mecanismos de participación.