Si despreciamos los actos generosos de los demás o no les agradecemos lo que hacen por nosotros estamos siendo ingratos. La ingratitud es un sentimiento de indiferencia o desafección hacia los demás.
En el lenguaje coloquial decimos que alguien es un ingrato cuando consideramos que no ha mostrado el suficiente agradecimiento por algo que ha recibido.
Tres ejemplos clásicos de ingratitud
Unos padres han realizado todo tipo de esfuerzos para que un hijo estudie una carrera universitaria. Cuando el hijo consigue finalmente su objetivo, los padres esperan de él algún tipo de agradecimiento. Si esto no ocurre y el hijo se muestra indiferente hacia sus padres, se trata de una conducta ingrata.
Una mujer sacrifica su vida profesional y decide apoyar a su marido para que él pueda alcanzar su proyecto profesional de forma exitosa. A pesar del sacrificio de la esposa, su marido la abandona por una mujer más joven.
Un deportista consigue un premio muy importante en su carrera y tiene que pronunciar unas palabras en público. En ese momento, no hace ninguna mención a sus entrenadores, a los compañeros o su familia y se limita a explicar su esfuerzo personal y su satisfacción por el logro obtenido.
El origen de la ingratitud y sus consecuencias
No hay un único origen. Puede provenir de una mala educación, de una actitud soberbia, de un sentimiento de rencor o de la envidia. Cualquiera que sea su origen, las actitudes desagradecidas producen una cierta frustración o incluso una herida emocional en la persona ofendida.
Hay muchas formas de mostrar gratitud
La palabra gracias y gratitud tienen la misma raíz etimológica. Esto nos recuerda que dar las gracias es, además de una muestra de educación y de respeto, una clara muestra de gratitud. En el lenguaje cotidiano son muchas las formas de manifestar consideración hacia los demás, como «valoro lo que haces», «sin ti no hubiera sido posible», «sé el esfuerzo que has hecho», etc. En ocasiones, con una mirada o con un gesto también expresamos nuestro agradecimiento.
La gratitud es algo universal, pues en todas las culturas existen fórmulas para mostrarla. Las palabras o gestos de agradecimiento actúan como un mecanismo de intercambio: alguien ofrece algo y la persona que lo recibe muestra su respeto.