Los recursos naturales son transformados por los distintos tipos de industria: básica, de transformación y manufacturera. La industria básica se relaciona con los procesos de extracción de materias primas ( la minería es un claro ejemplo de esta modalidad ). Como su nombre indica, la industria de transformación se ocupa de modificar o transformar las materias primas en productos que se utilizan en la vida diaria ( el sector textil o alimentario son dos ejemplos significativos ). La industria manufacturera se encarga de los procesos de producción en serie de aquellos productos destinados al consumidor ( por ejemplo, la mayoría de aparatos tecnológicos que empleamos habitualmente ).
El uso de la palabra manufactura tiene una dimensión histórica. En los siglos XVl y XVll se pusieron en marcha las manufacturas reales, fábricas promovidas por los monarcas para fabricar algunos productos ( telas, relojes, cristales o armamento, entre otros ). Por otra parte, en los principios de la revolución industrial, la actividad fabril se realizaba de manera básicamente manual, aunque las máquinas ya tenían un cierto protagonismo en la producción a gran escala.
Por lo general, la industria manufacturera se establece cerca de los sitios donde se va a consumir el producto o bien en lugares donde la mano de obra es más económica. Esta circunstancia, recibe un nombre: deslocalización y se trata de un fenómeno extendido en todo el planeta y característico de la globalización.
La industria manufacturera es aquella que fabrica algo, ya sea a mano o a máquina. Esta actividad económica puede estar formada por empresas de tamaño reducido ( por ejemplo, una panadería ) o empresas de gran tamaño ( las del sector automovilístico como ejemplo ).
Las grandes industrias del sector manufacturero intentan estar cerca del consumidor con cadenas de suministros bien conectadas para poder ofrecer el producto final a los clientes potenciales.
La industria maquiladora es una modalidad manufacturera que está presente en muchos países ( de América latina y del sudeste asiático principalmente ) y es tristemente conocida por la explotación a la que son sometidos los obreros que trabajan en este tipo de talleres de ensamblaje de piezas. Los dedicados al sector textil en algunas zonas fronterizas son los más populares, pero no los únicos.