Un hurto es la apropiación de un objeto o un bien que que pertenece a otra persona. Quien realiza este tipo de acciones es normalmente un ladrón y está cometiendo una acción que puede ser delictiva y al mismo tiempo inmoral.
Aparentemente el hurto es equivalente al robo, pero esta semejanza no es absoluta, ya que en el ámbito del derecho penal existen diferencias entre estos dos conceptos.
Diferencia entre robo y hurto
Se entiende por robo el hecho de adueñarse de un bien ajeno, por lo que legalmente es una acción que va contra el patrimonio de otra persona. Además, el robo implica necesariamente el uso de la fuerza. Al mismo tiempo, en el caso de que alguien sea condenado por robo las penas de prisión son más elevadas que si se comete un hurto.
En el hurto también hay una sustracción, aunque sin el recurso de la violencia. Pongamos un ejemplo concreto. Una persona va en el metro y un ladrón le quita la cartera del bolsillo sin ningún tipo de violencia. Legalmente es considerado como un delito o una falta, en función del valor del objeto sustraído. En el caso de España, si el valor del objeto es inferior a los 400 euros se considera una sanción y si es superior se convierte en delito.
Dejando aparte la diferencia entre robo y hurto, ambas acciones son consideradas dolosas, puesto que en las dos el que comete la acción sabe que está apropiándose de un bien ajeno.
Hurto famélico y hacer algo a hurtadillas
Hay un caso específico y muy particular en el que el hurto tiene un carácter excepcional. Cuando una persona se encuentra en una situación desesperada y no puede satisfacer sus necesidades básicas (por ejemplo, no puede comer o alimentar a sus hijos), por lo que se ve empujada a apropiarse de alimento en algún establecimiento. En estos casos, su acción puede ser considerada legalmente como un eximente.
A pesar de que el hurto famélico está recogido en la mayoría de legislaciones, en la práctica no es frecuente que un juez otorgue esta consideración a la acción delictiva, ya que normalmente se entiende que antes de tomar esta decisión podría haber recurrido a otro tipo de solución (por ejemplo, solicitando ayuda a los servicios sociales).
El hurto famélico como concepto contemplado en el derecho obedece a una realidad social de desigualdad en muchos países. Por otra parte, hay que tener presente que la ley contempla esta posibilidad porque la acción ilícita no está orientada a hacer el mal sino a cumplir un deber personal, la propia subsistencia.
Por último, vale la pena recordar que en el lenguaje coloquial existe una expresión muy popular en relación con la palabra que aquí analizamos: hacer algo a hurtadillas. Quiere decir que se realiza una acción a escondidas, sin que nadie se de cuenta y con sigilo. De manera muy parecida a la actuación de un ladrón, aunque en este caso hacer algo a hurtadillas no implica necesariamente que alguien esté robando algo.