El ser humano es un animal racional. Tiene un lenguaje, utiliza una técnica, se comporta según unos reglamentos y, en definitiva, vive en sociedad dentro de un orden.
Sin embargo, si se estudia al hombre de hace 40000 años sus circunstancias fueron muy singulares. Según los antropólogos y otros especialistas, en esa época se dio una etapa de transición. El hombre dejó de ser un homínido y se convirtió en un humano. Este proceso de cambio es lo que se denomina humanización.
En la humanización se dieron una serie de cambios cuantitativos y cualitativos. El principal fue la aparición del lenguaje. Al convertirse en un ser bípedo, el individuo pudo liberar sus manos. Esto provocó un debilitamiento de las mandíbulas y, a su vez, un incremento de la masa cerebral. Al tener más inteligencia, el hombre ya podía hablar y comunicarse. Así, el gran avance de la humanización es el lenguaje. Luego fueron surgiendo otros progresos: los enterramientos como símbolo de un creencia en lo sobrenatural, utensilios para cazar y el fuego como fuente de energía.
El conjunto de estas transformaciones hizo que el humano abandonara su animalidad y se convirtiera en persona. Se pasó de la hominización a la humanización.
Con las nuevas características físicas ( el bipedismo es un factor clave ) y con un lenguaje articulado, el avance técnico y social fue imparable. La humanización significó un nuevo rumbo en la historia de la humanidad. El hombre no era un animal especialmente dotado desde un punto de vista físico, pero su inteligencia le permitía adaptarse muy eficazmente a su entorno natural.
La idea de la humanización conecta totalmente con el concepto de evolución. Los seres vivos no tienen una estructura fija, sino que van alterándose mediante mutaciones y cambios físicos. Y este mecanismo evolutivo es el que puso en marcha la humanización. Esta idea permite comprender otra: la aparición de la cultura.
Resumiendo, podríamos decir que hace unos 40000 años el ser humano se formó fisiológicamente tal como es ahora y así se inició un nueva etapa de desarrollo. El hombre ya podía intervenir en el medio, poner en marcha su propia manera de ser, la cultura.