El sueño tenía un representante en la mitología griega cuyo nombre es Hipnos y que será el personaje que nos ocupará a continuación.
Hipnos fue hijo de una de las diosas más importantes como fue Nix, diosa de la noche y momento del día donde justamente los sueños se hacen mayormente realidad.
Si bien la mayor parte de las leyendas que hablan sobre Hipnos no señalan que haya tenido un padre, sino que hablan que Nix lo concibió en solitario, hay una que sostiene que Hipnos tuvo un padre, Érebo, dios de la oscuridad.
Pero Hipnos no nació solo sino que tuvo un gemelo, Tánatos, dios de la muerte sin violencia con quien supo vivir en una cueva en la que jamás daba el sol.
Además de por la oscuridad, la morada de Hipnos se caracterizaba por la presencia de plantas hipnóticas en su ingreso.
Entre las leyendas que lo tienen como protagonista se destaca aquella en la cual durmió a Zeus a cambio de que Hera le entregase en matrimonio a una de las diosas del encanto, Pasítea.
El acuerdo con Hera era que ella le daba a la joven encantada si Hipnos la ayudaba a que Zeus duerma.
Si bien Zeus durmió un tiempo, se despertaría de muy mal talante y casi echa a Hipnos del Olimpo.
La madre de Hpnos intervino y pudo evitarlo.
La unión con Pasítea sería ciertamente fructífera ya que tendrían mil hijos, los llamados Oniros.
Entre los más destacados sin dudas sobresale Morfeo, el dios de los dulces sueños.
Además, éste era su gran compañero de ruta, ya que ejercía la función que el durmiente no se despertase alejándole los ruidos.
La representación pictórica de Hipnos era la de un hombre joven, normalmente aparecía desnudo y provisto de alas en sienes y en hombros.
El símil de la mitología romana se llamó Somnus.
Arte por Archivist.