La filosofía es un conocimiento con más de 2500 años de historia en el mundo occidental. Es una disciplina que se fundamenta en el pensamiento racional y que está formada por diversas ramas: lógica, metafísica, epistemología o ética. El concepto que aquí analizamos forma parte de la terminología ética y fue introducido y desarrollado por uno de los grandes filósofos del la humanidad, Inmanuel Kant.
Kant plantea una reflexión ética que podría expresarse a través de un interrogante: ¿ qué debería determinar nuestra voluntad a la hora de actuar moralmente ? Según este pensador del siglo XVlll hay dos posibilidades. Una de ellas es una propuesta externa, un planteamiento heterónomo. Esto significa que decimos que x es bueno o malo moralmente porque hay una referencia que nos viene dada: un reglamento, un mandato divino o unos valores de una doctrina. En este caso, nuestra elección moral está limitada, de hecho no somos plenamente libres, pues acatamos un criterio que aceptamos como válido. Así, la heteronomía implica que el individuo no elige por su propia voluntad racional cuál debe ser su conducta, sino que hay algo externo a él que la determina.
Según Kant una ética heterónoma no es correcta o incorrecta, pero sin duda no es una postura autónoma. En consecuencia, propone que la voluntad será plenamente libre solo si parte de la propia razón individual. Así, heteronomía se opone a autonomía, siendo la autonomía moral otra respuesta posible a la pregunta que se ha planteado anteriormente.
Pensemos en los niños. Su comportamiento moral está tutelado por los mayores, quienes les marcan una pauta de conducta. De esta manera, los niños se comportan con un criterio heterónomo. Sin embargo, cuando sean adultos deberán decidir por su cuenta qué es bueno y por qué o, dicho de otro modo, podrán adoptar un criterio ético autónomo. Desde el punto de vista de la psicología evolutiva, algunos teorías hacen hincapié en el desarrollo de las reglas morales de los niños: entre los 4 y los 8 años se encuentran bajo el marco de la moral heterónoma y a partir de los 8 años los niños empiezan a interiorizar las normas con valoraciones autónomas.
La conciencia moral que todos tenemos es, según Kant, la expresión de la libertad humana, lo cual implica que moralmente debemos aspirar a crear nuestra valoración moral individual, al margen de valoraciones externas y heterónomas.
El planteamiento kantiano critica la heteronomía de la voluntad, pues considera que el hombre que se guía por la razón y que quiere ser libre solo puede someterse a las leyes morales que se impone a sí mismo.