Biografía de Hannah Arendt

Nació en Hannover y fue criada en la ciudad de Kant, en el seno de una familia de origen judío. De parte de sus padres heredó ascendencia rusa. Su padre fue ingeniero y murió de sífilis cuando ella tenía 7 años.

Su madre quedó a cargo de su crianza y lo hizo desde una perspectiva bastante liberal para la costumbre de la época.

Desde temprana edad demostró su inteligencia y capacidad reflexiva.

Leyó a Kant y Jaspers con tan solo 14 años y se fanatizó con el estudio de griego.

Estudió filosofía y teología. Asistió a las clases del filósofo Martin Heidegger y a las de Edmund Husserl.

Fue alumna y amante de Heidegger antes que éste demostrase su simpatía por el nazismo.

Conoció a Karl Jaspers, quien dirigió su tesis. La terminó en 1928 y se publicó en 1929, abordó: El concepto de amor en San Agustín. Fueron grandes amigos y compartieron riquísimos intercambios intelectuales.

Se casó con Günther Anders de quien se divorció en 1937.

Escapó de Alemania y se exilió en Francia, primero, y finalmente recaló en Estados Unidos.

Realizó una intensa actividad en diversas organizaciones que colaboraron con el rescate de los judíos alemanes de las garras del nazismo.

Se ocupó de salvar niños judíos y enviarlos a resguardo a Palestina.

Trabajó para la Liga Internacional contra el Antisemitismo

Le retiraron la nacionalidad alemana.

Se desempeñó en la Agencia Judía de París.

Volvió a casarse con el militante comunista Heinrich Blücher.

Fue recluida en el campo de internamiento en el sur de Francia.

Promovió la creación de un ejército judío para combatir al nazismo.

Se opuso a la creación del estado de Israel y propuso en su lugar un estado binacional en el cual no haya predominancia ni de judíos ni de árabes, proposición que ni siquiera fue tenida en cuenta y pasó a ser considerada un pensamiento secundario de una autora excepcional.

Se comprometió cada vez más con la causa judía, a poco del fin de la Segunda Guerra Mundial. Dirigió los trabajos de una comisión que reconstruyó la cultura judía europea.

Editó la obra Los orígenes del totalitarismo, una de sus creaciones más celebradas.

Le otorgaron la nacionalidad estadounidense.

Publicó la crónica del juicio, que condenó a muerte al teniente coronel Adolf Eichmann, el responsable de los traslados a los campos de concentración nazis. En 73 intensas páginas de la revista The New Yorker, y que subtituló: Informe sobre la banalidad del mal.

Cubrió el juicio contra el criminal nazi para la mencionada publicación.

Su reportaje causó enorme polémica respecto del rol jugado por aquellos judíos que confeccionaron listas de deportados, y por otra parte, porque lo presentó como un funcionario correcto y cumplidor y no como un sádico asesino nazi. Su reflexión sobre el rol de Eichmann, a quien trató de asesinó por encargo y no por convicción, despertó la furia de muchos sobrevivientes del holocausto.

Editó el libro Eichmann en Jerusalén que recoge y amplía el informe publicado por The New Yorker.

Abordó con agudeza la emocionalidad en la política y la influencia que los políticos demagogos ejercieron a través de un cuidadoso y coherente programa político que se sustentó en el desarrollo del sentimiento de pertenencia

En su obra Verdad y política analizó la diferencia entre información objetiva y opiniones y aseguró que la libertad de prensa es una farsa si no se la garantiza a través de información objetiva. Porque solamente a través de los datos verdaderos podremos expresarnos con justeza sobre las cosas.

Una de sus máximas fue la de manifestar a viva voz que, a pesar de la ausencia de certezas que caracteriza la vida de las personas en este mundo, tenemos la responsabilidad de cuidar a como dé lugar el mundo en el cual vivimos y compartimos.

Posó su interés en analizar la coyuntura política estadounidense, análisis que volcó en la obra Crisis de la República.

Falleció en la ciudad de Nueva York, de un ataque al corazón.

Su vida y pensamiento fueron objeto del interés de muchos filósofos, contemporáneos, amigos y amores.

Se estrenó la película Hanna Arendt, que abordó con profundidad los cuestionamientos que la autora recibió tras la publicación de su reportaje sobre Eichmann.