Las guerras floridas, en náhuatl xochiyáoyotl, fueron un tipo de enfrentamiento armado exclusivo del Imperio Azteca. Estas se distinguían de las guerras de conquista, cocoltic yaoyotl, por su objetivo fundamental que consistía en obtener prisioneros para ser sacrificados en ofrenda a los dioses. Estas guerras eran llevadas a cabo de forma sistemática y planificada. En ellas se enfrentaban los mejores guerreros, los cuales, además de respetar las funciones rituales del combate, encontraban en las guerras una forma de entrenamiento militar y una vía para el ascenso social.
Contexto histórico
Los mexicas, también conocidos como aztecas, se instalaron en el valle de México en el siglo XIV. Luego de conformada la Triple Alianza (1428) entre las ciudades de Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan, prontamente avanzaron sobre los territorios circundantes y en poco tiempo se convirtieron en la mayor potencia de Mesoamérica.
La razón de la rápida y efectiva conquista se puede hallar en el hecho de que los mexicas eran, desde sus inicios, un pueblo de guerreros. Así, los valores militares eran centrales para su vida, a la vez que habían desarrollado una sofisticada estructura bélica.
La guerra era esencial para los mexicas tanto por sus beneficios económicos (que implicaban la obtención de botines, la captura de mano de obra esclava, la incorporación de nuevas tierras), como por sus aspectos religiosos. En este punto, vale señalar que los aztecas respondían a una cosmovisión fatalista por la cual la ofrenda máxima para los dioses eran los sacrificios humanos. De esta forma, la guerra era un mecanismo por el cual podían proveerse de víctimas para ser sacrificadas. Por tal motivo, los mexicas desarrollaron un complejo sistema de enfrentamientos, llamados guerras floridas, que estaban destinados a la obtención de prisioneros para el sacrificio.
Respecto del origen de las guerras floridas, si bien aún no hay consenso historiográfico al respecto, la mayoría de los historiadores considera que habrían surgido en el siglo XV producto de una sucesión de adversidades que incluyeron una plaga de langostas, inundaciones, heladas y, consecuentemente, una larga hambruna. En este sentido, se entiende que los mexicas interpretaron sus infortunios como ira de los dioses y, de esa forma, decidieron resolverlo otorgando sacrificios a los mismos. Para conseguir prisioneros, desarrollaron este sistema de enfrentamientos constantes entre el Imperio Azteca y los pueblos independientes de Tlaxcala. El hecho de que hayan sido guerras planificadas y conscientes, explica que los mexicas nunca hayan conquistado a los tlaxcaltecas.
Al momento de la llegada de los españoles a Mesoamérica, en el año 1519, las guerras floridas aún se llevaban a cabo en el territorio. No obstante, las mismas desaparecieron con la caída del Imperio, acontecida en el momento de la conquista de Tenochtitlan por parte de los españoles en el año 1521.
Características
Exclusiva del Imperio Azteca, se caracterizaron por el hecho de que su objetivo principal consistía en proveerse de prisioneros para realizar sacrificios humanos. Sumado a ello, las guerras floridas también servían como entrenamientos militares, a la vez que eran una forma de ascenso social para los soldados que asistían puesto que aquellos que conseguían varias capturas, ganaban prestigio en sus lugares de origen. Más allá de las funciones mencionadas, las guerras floridas no buscaban conquistar nuevos territorios ni obtener botines de guerra.
Asimismo, debido al carácter ritual de la guerra, el objetivo consistía en obtener prisioneros y mantenerlos con vida. La captura se realizaba mediante emboscadas y ataques con lanzas y flechas. Posteriormente, los cautivos eran conducidos al centro ceremonial del Templo Mayor, en donde los sacerdotes los colocaban en la piedra de sacrificios. Allí les arrancaban el corazón y se ofrendaba su sangre a los dioses.
Otra característica, fue su carácter sistemático y planificado. En ese sentido, los enfrentamientos siempre se llevaban a cabo en un tiempo y lugar determinado que había sido acordado por los adversarios. Normalmente se realizaban en momentos de dificultades climáticas. Asimismo, se establecía una misma cantidad de guerreros para cada ejército puesto que se buscaba un combate justo. El carácter regulado de las guerras floridas también se puede observar en el inicio del combate que comenzaba tras encenderse una gran pira.