La geosfera forma parte de la geología y es una disciplina que estudia las diferentes estructuras que conforman la Tierra.
La parte más superficial de la Tierra es la corteza terrestre, que se divide en continental (en la que su mineral más característico es el granito) y oceánica (donde el basalto es el mineral más abundante).
Por debajo de la corteza se encuentra el manto, que ocupa 3/4 partes del volumen de la Tierra y en el cual hay un incremento notable de la temperatura, siendo el hierro, el oxígeno y el silicio los elementos más característicos.
En la parte más profunda de la Tierra está el núcleo, donde las temperaturas se acercan a los 5000 grados centígrados y los dos minerales que más abundan son el hierro y el níquel.
En la Tierra hay dos formas de energía: la interna es la que produce los movimientos continentales o los terremotos y la externa, que está relacionada con el calor del Sol y con la gravedad.
El conocimiento del interior de la Tierra
Los científicos conocen las características de la estructura interna de nuestro planeta de varias maneras. Por una parte, a través de algunos fenómenos naturales (las erupciones volcánicas o los terremotos) o algunos procedimientos artificiales como las perforaciones petrolíferas. Una parte de la información que se obtiene es de tipo indirecto: el magnetismo o la información de los sismógrafos.
Posibles riesgos
Periódicamente aparecen noticias sobre catástrofes que tienen relación con las estructuras terrestres, es decir, con la geosfera. No todos los riesgos son iguales, sino que se puede hablar de tres modalidades distintas. Los provocados por la acción del hombre (accidentes radioactivos, contaminación del suelo o las mareas negras cuando se vierte petróleo en el mar). Los riesgos naturales (sequía, inundaciones o los ya los mencionados terremotos). Con menor frecuencia se pueden producir riesgos que tienen su origen en el exterior (el impacto de meteoritos o una variación de la actividad del Sol).
El riesgo más temido es el que provocan los terremotos, que se producen debido a la liberación de una gran cantidad de energía (las ondas sísmicas). Estas ondas facilitan una importante información sobre la estructura interna de la Tierra, concretamente del hipocentro.
En la actualidad, la comunidad científica que estudia la geosfera intenta conocer los movimientos sísmicos, para lo cual se lleva un registro histórico de los mismos. Este registro aporta una información de gran utiliidad para poder así predecir los sismos y de esta manera reducir sus consecuencias.