Los gastos operacionales son aquellos gastos que se derivan del funcionamiento normal de una empresa. Se contraponen a los gastos no operacionales, aquellos gastos que un agente económico realiza de forma extraordinaria y poco frecuente. Los gastos operacionales pueden entenderse como costos ordinarios que la empresa debe afrontar con la finalidad de obtener beneficios. Algunos ejemplos pueden ser los pagos por servicios como luz, agua, alquiler, etc. A la hora de considerar la rentabilidad que un determinado negocio tiene, la evaluación de posibles gastos operativos debe ser fundamental; en efecto, un cambio abrupto en estos gastos podría transformar en pérdidas lo que antaño fue un negocio lucrativo.
Toda empresa busca como finalidad obtener rentabilidad; esta circunstancia es en buena medida la que despliega la estrategia a llevar a cabo. En esta evaluación, el precio al que oscilan los bienes o servicios ofrecidos en el mercado es fundamental puesto que son los que en buena medida determinarán los gastos operacionales que se afrontarán. En efecto, si los precios son elevados, entonces los gastos operacionales podrán serlo también; en cambio, si son bajos, esta circunstancia impactará en dichos gastos, debiendo los mismos ser bajos. Los gastos operacionales no son sino un medio para poner en el mercado un determinado bien o servicio.
Uno de los objetivos que suelen tener las empresas es la baja en estos gastos, de forma tal de asegurarse un flujo de caja mayor. Así, intentará frecuentemente buscar nuevas formas de suplir esta necesidad, nuevas variantes que hagan a estos gastos menos abultados. En este sentido, el desarrollo de procesos tiene un rol fundamental, puesto que implica un mejor uso de los elementos existentes y una reducción del uso de servicios externos. Por otro lado, el desarrollo de la tecnología también puede derivar en una reducción de este tipo de erogaciones.
Como hemos visto, los gatos operacionales son fundamentales en el normal funcionamiento de una empresa. Los mismos pueden reflejar distintas erogaciones, de entre las cuales el aspecto administrativo y financiero es el más importante. Estas erogaciones afectarán negativamente el flujo de caja de una empresa y es por esta circunstancia que se busca limitarlos continuamente mediante el establecimiento de nuevos procesos y aplicaciones tecnológicas. Esto no significa, empero, que dichos gastos sean los que determinen el flujo de caja de un agente económico; en efecto, también pueden existir gastos extraordinarios e ingresos del mismo tenor; no obstante, sí deben contemplarse como una composición relevante para considerar los resultados de un ejercicio comercial.