Fluctuación es la variación de un parámetro con respecto a algo. Así, la idea de fluctuación implica necesariamente que una realidad va cambiando en algún sentido. Además del concepto de cambio, el factor tiempo también juega un papel, ya que las modificaciones que se producen se encuentran dentro de un periodo temporal. Veámoslo con dos ejemplos concretos. La posición de un equipo de fútbol en la tabla de clasificación durante un campeonato es variable y, en consecuencia, hay una fluctuación a lo largo del mismo. Si se estudia la temperatura en un lugar a lo largo de un periodo, es igualmente fluctuante.
El concepto de fluctuación es aplicable a valores concretos (posición, temperatura, cantidad de dinero y todo aquello que se pueda medir y se presente de manera cambiante).
En el ámbito económico se habla de la fluctuación de las divisas, puesto que el valor de una moneda con respecto a otra va oscilando periódicamente. También se utiliza en un sentido contable, concretamente para expresar la diferencia entre lo que teóricamente está contabilizado y las existencias reales (por ejemplo, en unas mercancías concretas).
En cualquier circunstancia la fluctuación puede ser regular y estable (pensemos en un estudio estadístico que determina que algo se mueve entre unos valores concretos) o de tipo irregular, donde las variaciones no presentan ningún patrón y hay oscilaciones con una evidente inestabilidad.
El concepto de fluctuación tiene múltiples aplicaciones, tanto prácticas como teóricas. Desde un punto de vista sociológico, se hacen estudios sobre el comportamiento electoral de los partidos políticos, para lo cual es preciso analizar la evolución y la transformación de un aspecto (por ejemplo, el número de votos). Si se estudia una población, es imprescindible analizar qué fluctuaciones hay en relación a aspectos diversos (nacimientos, defunciones, distribución por edades, etc).
Los datos que se observan en cualquier fluctuación tienen una finalidad muy clara: facilitar información. Este elemento es necesario para poder realizar una correcta predicción, es decir, para proyectar aquello que previsiblemente va a ocurrir en función de lo que ha ocurrido en el pasado.
En algunas circunstancias, la fluctuación de algo no siempre proporciona una información incuestionable. Es lo que sucede con el cambio de temperatura en nuestro planeta. Para algunos, este tipo de fluctuación obedece a un cambio climático en el cual el ser humano tiene una responsabilidad, mientras que para otros la oscilación de la temperatura es totalmente natural.