- 11/05/1821
- 1840
- 1851
- 1852
- 1867-1860 – Guerra de la Triple Alianza
- 12/01/1869
- 04/06/1870
- 2007
- 06/2012
Nació en el departamento de Huaycama, en la provincia de Catamarca. Creció en La Rioja, donde cursó sus estudios y aprendió el uso de armas.
Formó una unión con la hija de un caudillo amigo de su padre: Trinidad Castillo. Tuvo cuatro hijos.
Fue estanciero en Guandacol, en La Rioja. Llegó a vender sus tierras para poder comprar las armas necesarias y concretar la defensa de su ideario.
Fue apodado el “quijote de los Andes” por la resistencia que le impuso a las que el consideró arbitrariedades de Buenos Aires: la centralidad de la gestión de gobierno y la obligatoriedad de participar en la Guerra contra Paraguay, a la cual condenó enérgicamente. Tejió y ejerció su influencia desde la zona andina y cuyana, y llegó a reunir un ejército de unos 5 mil hombres.
Opositor de Rosas, luchó contra éste y por la persecución en su contra se exilió en Chile.
Se alistó en el ejército chileno y participó de la Revolución sucedida durante este año.
Cayó el régimen de Rosas y regresó a su patria con la firme convicción de retornar a la idea de la federalización sin el autoritarismo de Rosas. Se sumó al ejército de la confederación, liderado por Justo José de Urquiza.
Comandó una insurrección compuesta por montoneros chilenos y argentinos, en el noroeste, en alianza con otros caudillos: Juan Saá, de San Luis, y Juan de Dios Videla, de Mendoza, entre otros. Fue derrotado pese a su resistencia.
Gobernó la provincia de Catamarca y ejerció una notable influencia política en las provincias de Jujuy y de Salta.
Contra su voluntad, el presidente Mitre, obligó, a muchos de ellos, a incorporarse al ejército argentino; los puso al frente del combate, con cadenas y esposas.
Ni Justo José de Urquiza, caudillo del interior y referente de los federales se animó a tanto, ya que afectado por la derrota de Pavón y tras asumir un rol pacifista hacia el interior del país, se unió a las tropas lideradas por Mitre.
Urquiza reunió unos 10 mil hombres, sin embargo, cuando se aprestaban a salir al encuentro del enemigo, se negaron a hacerlo, se enfrentaron a sus jefes, y disolvieron el grupo.
Esta misma “fotografía” de rechazo a ir a la guerra porque así lo dispuso Mitre desde Buenos Aires se replicó en casi todo el interior del país, con sus correspondientes sublevamientos y deserciones.
En este contexto surgió su figura y encabezó una proclama contra la guerra de Paraguay, también llamada de la Triple Alianza, porque implicó la coalición entre Argentina, Brasil y Uruguay.
La calificó de fratricida, inútil y un evento programado y anticipado del General Mitre que tuvo como misión ejercer la dominación sobre un débil Uruguay.
El gobierno paraguayo entendió que esta seria y concreta afrenta sobre Uruguay terminaría afectando su territorio, y entonces, el presidente de Paraguay Francisco Solano López decidió defender a Uruguay contra la dominación y amenaza impuestas por Mitre y el Brasil.
Mitre debió atender la reacción de los rebeldes y desviar sus soldados del Paraguay para enfrentarlos.
Fue un enfrentamiento relativamente simple para Mitre, que dotado de un equipamiento militar altamente competitivo, pudo contrarrestar las caseras lanzas y picas de Varela.
Perdió la batalla de Salinas ante Pedro Corvalán.
Regresó al exilio en Chile.
Falleció en Chile, a causa de tuberculosis. Permaneció hasta su muerte en estado de observación por parte del gobierno chileno quien lo consideró un insurrecto reincidente. Tenía 49 años.
Post Mórtem
Catamarca repatrió sus restos a pesar de la oposición del por entonces presidente Domingo Faustino Sarmiento.
Se solicitó su ascenso al grado de General de la Nación, por pedido y gestión de la Legislatura de Catamarca, al gobierno nacional.
Se le otorgó el grado de General de la Nación con la anuencia de la presidenta en ejercicio Cristina Fernández de Kirchner.