Etimológicamente extravagancia significa que algo deambula, se mueve más allá de unos límites. Esto implica que existe otro límite, la supuesta normalidad de una situación.
Lo que nos parece aceptable, lógico y dentro del sentido común lo catalogamos de normal. Aquello que se presenta como raro y excéntrico decimos que es una extravagancia.
Una extravagancia origina inicialmente un cierto rechazo, ya que no estamos acostumbrados a ella. Si alguien lleva un zapato distinto del otro y camina por la calle con un biquini, es previsible que sea considerado un individuo extravagante. Si esa vestimenta se hiciera popular y poco a poco un mayor número de personas llevara este tipo de atuendo, llegaría un punto en que dejaría de ser raro y sería una moda. Este fenómeno es muy frecuente precisamente en el mundo de la moda, donde la extravagancia tiene un componente de originalidad, un toque de distinción. Algo muy semejante ocurre en relación con el arte, en el que las nuevas corrientes crean un debate social, unos aceptándolas como innovaciones creativas y otros censurándolas como una provocación. De alguna manera, la historia del arte es un recorrido en el que la novedad creativa se impone, luego se consolida hasta que otra novedad altera el orden establecido.
Mirando el pasado con perspectiva, se aprecia que la historia de la extravagancia ha tenido ejemplos muy curiosos. Cuando las mujeres empezaron a llevar pantalones, algunos decían que era una inmoralidad, algo impropio de la feminidad. Con el paso del tiempo, la rareza inicial se fue imponiendo y a día de hoy a nadie se le ocurre criticar a las mujeres por llevar pantalones. Hay una moraleja en este ejemplo histórico: no deberíamos rechazar algo porque parezca diferente.
Siguiendo con la idea de los límites entre lo conocido y lo desconocido o entre lo normal y lo raro, los astrónomos observan el universo y al hacerlo se han encontrado con una realidad, que hay planetas que están más allá de nuestro sistema solar, por lo que son denominados como exoplanetas. Al tener una composición química distinta y encontrarse a millones de años luz, se habla de la extravagancia planetaria, puesto que su estructura y situación es muy diferente a la que existe dentro de la Vía Láctea. Esta realidad astronómica lleva a pensar que es razonable admitir la posible existencia de seres extraterrestres. De hecho, cuando aparecen alienígenas en las películas, su aspecto es realmente extravagante.