Expiración tiene dos significados, dos acepciones distintas. Por una parte, alguien expira cuando se muere. Así, la expiración es el instante preciso en el que alguien deja de vivir. En ese momento, el individuo deja de respirar definitivamente y se certifica su defunción. Este uso de la palabra se aplica dentro de la medicina legal como un tecnicismo necesario para contextualizar la muerte y quien la diagnostica es el médico forense.
En ocasiones, la muerte tiene un componente literario y se utiliza un lenguaje con un estilo poético ( antes del último suspiró sonrió a los presentes y, finalmente, expiró ).
Hay otro contexto en el que igualmente se utiliza esta palabra. Se aplica para mencionar que algo ha finalizado. Hay contratos con una fecha límite y cuando ésta llega se dice que ha expirado, por lo que ya no se encuentra en vigor. En este mismo sentido, expiración es un sinónimo de caducidad, utilizándose cuando algo ha sobrepasado un límite previamente establecido. Hay alimentos y fármacos que establecen cuándo no se deben consumir, para lo cual se indica una fecha de expiración.
En los dos sentidos mencionados ( como sinónimo de muerte o caducidad ) se pone de relieve que expiración expresa el fin de algo, de una etapa que ha concluido y es preciso determinar su momento último.
Un aspecto llamativo de este concepto es su similitud ortográfica y sonora con otro: espiración. La única diferencia entre ambas es que una va con s y la otra con x, aunque a la hora de pronunciar una u otra el sonido es prácticamente idéntico. La espiración es la acción de expulsar el aire. En la actividad respiratoria hay dos momentos: en la inspiración el aire entra en los pulmones y en la espiración se elimina el aire, se expulsa al exterior.
Otra de las peculiaridades relacionadas con este concepto tiene relación con la tradición cristiana, singularmente la católica. Hay asociaciones religiosas ( las cofradías o hermandades, ubicadas en España y Latinoamérica ) que durante la Semana Santa conmemoran el fallecimiento de Cristo. Es un homenaje que expresa la veneración hacia Cristo, quien dio la vida por los hombres, por lo que su expiración tiene un significado muy profundo para los creyentes. Estas agrupaciones pueden tener en su denominación la palabra expiración ( la Hermandad del Cristo de la expiración sería un ejemplo ). Se trata de una tradición centenaria y que cada año congrega a miles de fieles.