Para iniciar o para reorientar una actividad empresarial es necesario establecer un plan de actuación, es decir, elaborar un estudio detallado sobre qué se quiere seguir, de qué medios se dispone y cómo se va a realizar el proyecto. Con otras palabras, hay que establecer una estrategia de negocio.
Supongamos que hay una idea inicial, un capital y la ilusión de poner en marcha un proyecto. El primer paso sería conocer el contexto empresarial. Para ello, es preciso estar muy familiarizado con las tendencias que hay en el sector ( nuevos productos, servicios, etc ). Otro factor a valorar es la competencia, su ubicación, estilo y la relación calidad-precio del producto o servicio que ofrece. También hay que analizar al consumidor, es decir, su perfil y la población que pueda ser cliente del proyecto.
Al margen del contexto empresarial, es fundamental establecer una idea del negocio. Esto quiere decir que un producto o un servicio es una marca y ésta debe definirse de manera clara, estableciendo qué comunica y cómo lo hace. No es simplemente el nombre o el logo de la empresa, sino que definir los valores y la identidad de la empresa y cómo los comunica. Hay que ponerse en el papel de un cliente de dicha empresa y preguntarse por qué yo podría ser un cliente y qué me aporta a mí este producto que pretendo adquirir. Otro elemento a valorar es la personalidad de la marca. En este sentido debe haber, al menos, un rasgo que la caracterice: fuerza, elegancia, sinceridad, eficacia, autenticidad o cualquier palabra que pueda ser la síntesis de la personalidad de la empresa.
Cuando se habla de estrategia de negocio, hay que tener presente que este concepto es flexible y puede desarrollarse de diversas maneras. Hay estrategias que se basan en el crecimiento de un negocio y hacen hincapié en nuevos productos comerciales ( esto es habitual en sectores con un elevado componente tecnológico ). Hay estrategias de negocio que se fundamentan en el elemento diferenciador de su producto ( si no es posible competir en el precio, un diseño atractivo puede marcar la diferencia ). Es frecuente que se establezca una estrategia en función del precio ( algunos productos con un precio especial o una política de ofertas muy definida ).
En el diseño de una estrategia de negocio suele haber un desglose de interrogantes ( cómo conseguir algo ) y de lo que se trata es de ofrecer una respuesta a todos ellos. Cualquier negocio está sujeto al cambio y la transformación, por lo que permanentemente hay que elaborar pautas de actuación para que la actividad empresarial sea rentable.