Un espía es alguien que de manera oculta trabaja para un gobierno con el fin de obtener información estratégica para los intereses de dicho gobierno. Los países disponen de servicios secretos ( también llamados de inteligencia ) que tienen la necesidad de contratar a individuos para que realicen acciones encaminadas a conseguir información para garantizar la seguridad nacional. Son los espías. Y son conocidos a través de personajes de ficción que aparecen en la literatura y el cine. Los libros o películas que relatan este tipo de historias han popularizado a sus protagonistas.
Es posible hablar de un arquetipo de espía. En primer lugar, tienen la peculiaridad de llevar una doble vida; la que pertenece a sus tareas de espionaje y otra muy distinta, una tapadera que le sirve para disimular ante la sociedad su verdadera condición. Su adiestramiento es muy singular: dominio de armas de fuego y tecnología muy especializada, técnicas de vigilancia y seguimiento y todo ello con un entrenamiento de tipo militar. Este entrenamiento se debe a que tiene que hacer frente a situaciones inesperadas. El principal riesgo de su profesión consiste en que sea desvelada su faceta como espía, por lo que es muy habitual que disponga de varias identidades falsas y sepa disfrazarse y así pasar desapercibido.
El espía se adentra en el terreno del enemigo de su gobierno e intenta cumplir unos objetivos: boicotear acciones, desactivar potenciales amenazas y, sobre todo, conocer las intenciones enemigas. En este contexto, descifrar los códigos ocultos es una de las dificultades a las que se enfrentan los espías.
Una de las posibilidades de su actividad es que sea un espía doble, es decir, que trabaje para dos gobiernos con intereses enfrentados. En este caso,el espía tiene que hacer creer a cada una de las partes que está trabajando para ellos.
Hay un tópico en el espionaje, probablemente promovido por el cine y la literatura. El rol especial de las mujeres espías.
En situaciones de paz su figura tiene un papel secundario, pero en la guerra el papel del espía es fundamental, porque su profesionalidad y destreza son muy valoradas por los departamentos responsables de la seguridad nacional.
Aunque los espías están envueltos en la leyenda que de ellos ha creado la ficción, es indudable que su función es necesaria, aunque oficialmente no aparece información sobre ellos en los medios de comunicación. Es lógico que así sea, porque su trabajo es en gran medida secreto.