Un epitafio es una frase escrita en una lápida que se corresponde con el lugar de enterramiento de una persona, es decir, su tumba.
El propósito de un epitafio es comunicar una idea relacionada con el individuo que yace en una sepultura. No existe un formato único de lápida, aunque habitualmente especifica el nombre del fallecido, la fecha de su nacimiento y defunción y algún símbolo relacionado con sus creencias religiosas (el símbolo de la cruz cristiana o la estrella de David si es de religión judía). En algunas ocasiones, un epitafio forma parte del contenido de la lápida. Se trata de una elección, normalmente adoptada por el propio individuo que, antes de morir, ha comunicado a sus familiares cuál debía ser el mensaje que indicaran en su tumba.
La característica principal de cualquier epitafio es su brevedad y concisión. En pocas palabras se especifica una idea que pretende mostrar algún aspecto de su personalidad, su manera de vivir o sus ideales.
Etimológicamente significa escrito sobre la tumba. Es habitual el uso de algún verso significativo, un versículo bíblico o una frase de exaltación. Su origen histórico proviene de los versos que se recitaban para honrar a los difuntos, una práctica muy extendida entre los griegos y romanos, singularmente en el ámbito de los méritos militares o en el servicio prestado a la patria.
El epitafio puede entenderse desde su valor estético, pues algunos lo consideran como un subgénero literario. Por otra parte, tiene un sentido histórico, ya que proporciona información sobre un personaje y una época. Sin embargo, este tipo de escritos expresa el anhelo de pasar a la posteridad, es decir, cómo alguien quiere ser recordado cuando ya no se encuentre entre los vivos. Este aspecto es esencial, puesto que el ser humano tiene un sentido de la trascendencia y muy probablemente un epitafio sea algo que conecte con esta dimensión espiritual del hombre.
No hay que pensar que el epitafio siempre tenga un carácter solemne y profundo. De hecho, en la cultura anglosajona, este tipo de escrito suelen tener una cierta ironía y un toque de humor.
Algunos periodistas e investigadores han indagado sobre el significado de algunos epitafios. Hay muchas historias interesantes. Una de ellas es la de Mel Blanc, un doblador de la voces de los personajes animados más reconocidos. Su pasión era transmitir con su voz la personalidad de unos personajes y quiso que en su epitafio apareciera una frase del conejo Bugs Bunny: eso es todo, amigos (that´s all folks).