Se denomina ente económico a todo aquel participante de una economía de mercado que toma decisiones e influye mediante estas en la economía. Es importante señalar que un mercado se encuentra constituido por agentes que producen y consumen a la vez recursos, tendiendo a la eficiencia en estas actividades (reduciendo costos y maximizando beneficio). Los entes económicos están supeditados a las leyes de la oferta y la demanda, en donde a mayor precio la oferta aumenta y la demanda disminuye, y a menor precio aumenta la demanda y disminuye la oferta.
El ente económico por excelencia es la empresa, que produce bienes y servicios, creando valor. Además, las empresas demandan trabajo a cambio de un salario, demandan capital a cambio de intereses, etc. Es para esta entidad de suma importancia el aumento continuo de la productividad, mejorando procesos, recortando costos, buscando nuevos mercados, etc.
Otra entidad económica de gran importancia es el estado. Este puede hacer notables intervenciones en la economía que pueden afectar el comportamiento de las entidades económicas. Así, puede bajar la tasa de interés, haciendo que la economía se recaliente en función de créditos baratos, puede tomar o vender deuda, haciendo que aumente o disminuya el circulante, pueda aumentar el gasto público para disminuir la desocupación, etc. Aun se suele discutir con acalorados debates cual debe ser el rol de un estado en la economía, si debe tener un fuerte rol de intervención o dejar que el mercado se regule por sí mismo.
Otro ente económico que puede nombrarse es la familia. En efecto, las familias son grandes consumidores de bienes y servicios con la finalidad de satisfacer sus necesidades, ahorra o se endeuda según prefiera postergar o adelantar consumo. Las familias, en general, intentan maximizar su bienestar al consumir.
Es de suma importancia la comprensión del comportamiento de los entes económicos durante un período dado de tiempo a fin de dar cuenta de las circunstancias que atraviesa la economía. En efecto, aumento o disminución del consumo, aumento o disminución de la producción, capacidad de endeudamiento, aumento o disminución de la liquidez, todas son variables a considerarse cuando se trata de dar un correcto diagnóstico del clima que atraviesa la economía. Es por eso que un comportamiento del accionar de las entidades económicas en el pasado debe contrastarse con el comportamiento presente, a fin de dar cuenta de una evolución que habilite una interpretación de los fenómenos económicos vigentes.