El Naturalismo literario es un estilo artístico que se caracterizó por la reproducción de la realidad con una estricta objetividad documental, tanto en lo que respecta a lo extraordinario como a lo ordinario; en tanto, el máximo exponente y fundador de este movimiento surgido en el siglo XIX y que de a poco se iría extendiendo por toda Europa y contagiando más almas, fue el escritor francés Emilio Zola.
Emilio nació el 2 de Abril de 1840, en París, Francia; su padre un ingeniero italiano naturalizado francés y su madre una burguesa francesa, decidieron trasladarse a Aix-en.Provence, tras el nacimiento de su pequeño, sin embargo, la temprana muerte del padre motivaría el regreso a París y el comienzo de los problemas económicos para la diezmada familia.
Como no quería ser una carga para su madre, Emilio, decidió dejar los estudios de Bachillerato y empezar a trabajar; en 1862 consiguió un empleo en la Editorial Hachette que no duraría demasiado, aunque, le serviría para mantenerse y para empezar a despuntar sin problemas el vicio de la narración de historias. Para 1866, Zola ya se había ganado la mistad de notables artistas como ser Edouard Manet, Camille Pissarro y los hermanos Goncourt.
Antes de finalizar la década del sesenta, en 1868, Emilio, concibe el proyecto intitulado Los Rougon-Macquart, compuesto por 20 novelas y que finalizaría en el año 1893. Su objetivo era demostrar la influencia que tienen la raza y el medio sobre los individuos y así es que comienza un estudio de los defectos hereditarios de una familia oriunda de Plassans a través de cinco generaciones de la misma. Dueño de un dramatismo y de una violencia bastante explicita, el proyecto se destacó sobremanera pero también se llevaría una importante cantidad de críticas…
En tanto, en el año 1897, la figura de Zola trascendería el plano estrictamente literario como consecuencia de su pública posición a favor del capitán Alfred Dreyfus. En 1894, Dreyfus, de origen judío alsaciano, fue injustamente acusado de traición a la patria por haber entregado a los alemanes documentos secretos.
A partir de ese momento, la familia Dreyfus comenzó un largo peregrinar para demostrar la inocencia del capitán y en el año 1897 conseguirían el importantísimo apoyo del escritor Emilio Zola, quien, a través del artículo J’Accuse, publicado por el diario L’Aurore, consiguió un cambio a favor en las opiniones de muchos intelectuales de la época, que más tarde desembocarían en el indulto a Dreyfus.
Aunque, tal afrenta al gobierno no sería gratuita y Zola sería condenado a prisión por tal cuestión. Su amigo Octave Mirbeau pagó la correspondiente fianza y Zola se exilió un tiempo en Londres.
En 1899 regresa a París, aunque la persecución en su contra seguía y concluyó con el embargo de muchos de sus bienes, de todas maneras, ello no lo amedrentó y hasta su muerte defendió su postura.
El 29 de Diciembre del año 1902, mientras escribía el ciclo de novelas Les quatre évangiles, Zola fallece en su casa asfixiado, en el marco de extrañas circunstancias; aparentemente alguien tapó la chimenea de una estufa para que ello sucediera.