La Revolución Liberal Ecuatoriana es el nombre que la historia le ha dado al movimiento revolucionario que se opuso directamente al gobierno de tono conservador, en tanto, uno de sus máximos referentes ha sido José Eloy Alfaro Delgado, más conocido como simplemente Eloy Alfaro.
Pero además de liderar el mencionado movimiento, Alfaro fue presidente de la República de Ecuador en dos ocasiones, primero entre los años 1897 y 1901, y luego entre 1906 y 1911; inspirado en el ideario liberal, Alfaro, legaría a sus compatriotas importantísimas conquistas sociales y políticas.
Alfaro nació el 25 de junio del año 1842, en Montecristi, Ecuador, era hijo de un prominente comerciante español a quien ayudaría en los negocios antes de dedicarse de lleno a la actividad política.
Enrolado como dijimos en el liberalismo, en el año 1864, Alfaro, participó de una revuelta contra el presidente Gabriel García Moreno y termina exiliado en Panamá en donde se dedicaría especialmente a los negocios con notable éxito.
Cuando en el año 1875 García Moreno es asesinado, Alfaro, regresa a Ecuador decido a hacer triunfar toda su impronta liberal. Sin embargo, la cruzada no sería para nada sencilla ya que tendría que enfrentarse a otras propuestas contrarias como ser las del gobierno de Antonio Borrero y la de Ignacio de Veintemilla, entre otras.
En tanto, en enero del año 1895 se produciría una importante escisión tras el escándalo por la venta de la bandera y entonces, la propuesta Alfarista, conseguiría el apoyo que le había sido esquivo.
A la renuncia del presidente Luis Cordero le continuó la proclamación de Alfaro como jefe supremo quien enfrentó y se impuso a los conservadores que se habían atrincherado en La Sierra.
En enero del año 1897 una asamblea lo elige a Alfaro como presidente y de inmediato procede a plasmar sus ideas liberales a la administración de la Nación.
Entre los tantísimos aportes que realizó se destacan: la separación Iglesia-Estado; la construcción de un ferrocarril que une Quito con Guayaquil y otras obras de infraestructura y comunicación muy necesarias; eximió del impuesto territorial a los indios de la Sierra; abolió la cárcel a causa de deudas; favoreció el ingreso de la mujer a la administración pública, promovió la cultura y la educación.
En el año 19010, tras surgir una disputa territorial con Perú su poder comienza a diluirse rápidamente, especialmente dentro del partido liberal que queda fracturado en dos bandos. Y luego, una maniobra de fraude a favor de su candidato en las elecciones presidenciales lo desdibuja por completo del mapa político.
Tras fallecer su ex aliado y ganador en las elecciones, Emilio Astrada, Alfaro regresa con la intención de tomar el poder, sin embargo, junto a otros dirigentes es apresado y luego asesinado el 28 de enero del año 1912.