Un eclipse es un fenómeno de la naturaleza y se sitúa en el marco de la astronomía, la ciencia que estudia los planetas. Se produce por la intervención de tres elementos: el Sol, la Luna y la Tierra.
La posibilidad de que ocurra un eclipse depende de la posición de la Luna y el Sol dentro de sus órbitas con respecto a la Tierra. Existen dos tipos tipos de eclipses: el solar y el lunar. En la actualidad el alineamiento de los tres planetas se puede predecir con total precisión y así los aficionados a la astronomía pueden contemplar los eclipses como una curiosidad de los movimientos planetarios.
El eclipse solar ocurre cuando la Luna oscurece o tapa el Sol, interponiéndose entre él y la Tierra. Esto hace que la Luna proyecte su sombra sobre la superficie terrestre y así parezca visualmente que la Luna tapa el Sol. Este fenómeno sucede cuando la Luna es nueva. La astronomía ha determinado que existen cuatro tipos de eclipses solares: el parcial (donde la Luna no cubre por completo el Sol, el cual aparece como creciente), el semiparcial (la Luna cubre casi completamente el Sol), el total (la Luna tapa completamente el Sol) y, por último, el eclipse anular (cuando el anillo solar permanece visible alrededor de la Luna). Hay que tener presente, que si alguien quiere ver un eclipse solar es necesario utilizar un telescopio o gafas con filtros que estén homologadas para ello, pues si se observase directamente sin protección podría dañarse la visión.
En el eclipse lunar la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, de tal manera que ésta última se oscurece. La Luna entra en la zona de sombra de la Tierra, lo cual solamente ocurre en el momento de Luna llena. Los eclipses lunares pueden ser totales, parciales o penumbrales, dependiendo de la posición exacta de la Luna.
En la actualidad la ciencia describe los eclipses desde parámetros astronómicos y no hay ninguna explicación esotérica o misteriosa. Sin embargo, en las civilizaciones antiguas no era así. Se daba una explicación mítica. Por ejemplo, los incas entendían que el Sol y la Luna tenían un idilio durante el eclipse solar y los egipcios consideraban que el Sol estaba siendo atacado. En algunos casos, los hombres de la antigüedad creyeron que estos fenómenos obedecían al malestar de los dioses y era su manera de comunicar a los hombres su enfado.
Cristobal Colón y el eclipse lunar de 1504
Hay muchas anécdotas históricas sobre el impacto de los eclipses. Probablemente, la que protagonizó Cristobal Colón en su cuarto viaje a América sea una de las más impactantes. Algunos indígenas de su tripulación estaban descontentos por el trato que recibían y se temía que pudieran rebelarse o amotinarse en cualquier momento. Colón tenía conocimientos astronómicos y sabía el día exacto en el que iba a tener lugar un eclipse lunar y les dijo a los indígenas que su Dios les iba a mostrar su enojo. Al producirse el eclipse lunar, los indígenas creyeron que las palabras de Colón eran ciertas y abandonaron sus propósitos de rebelión, pues los astros les habían indicado que estaban muy molestos con ellos.