La ebullición es un fenómeno físico producido por el efecto de la energía térmica. Consiste en la modificación del estado líquido al estado gaseoso provocado por un incremento de la temperatura.
Como ya se sabe, la energía solo se transforma y de esta manera el hielo se puede convertir en agua cuando alcanza su punto de fusión a los cero grados y, a su vez, el agua al hervirse se transforma en vapor a los cien grados centígrados. Este valor cuantitativo es relevante, ya que supone el punto de ebullición. De esta manera, se puede definir el concepto de punto de ebullición como la temperatura que debe alcanzar un líquido para hervir. Hay que tener presente que la temperatura que indica el punto de ebullición no tiene relación con el volumen de líquido, sino que depende de la naturaleza química del mismo.
El punto de ebullición es un valor opuesto al punto de fusión y cada sustancia tiene sus propios índices en un y otro caso. Con respecto al punto de ebullición del alcohol se obtiene con una temperatura de 78 grados, el mercurio cuando alcanza los 357 grados y en el caso del hierro al llegar a los 2750 grados.
La presión atmosférica y la composición molecular de los elementos son los factores que hacen variar el punto de ebullición en cada proceso de transformación.
Si tomamos como referencia el agua, su punto de ebullición será distinto si es dulce o salada (el agua salada hierve a una temperatura más elevada). Si nos encontramos en la cima de una montaña muy alta, el punto de ebullición del agua será de 70 grados centígrados, debido a que la presión del aire es más baja (cuanto mayor sea la presión del aire, menor será el el punto de ebullición de un líquido). El papel de la presión sobre la ebullición se debe a la fuerza que ejerce la presión sobre la superficie del líquido en cuestión.
Fenómeno social
La idea de ebullición no es exclusivamente aplicable al aumento de temperatura, concretamente a los líquidos que se someten a un incremento de la temperatura. De hecho, cuando se produce una situación de gran agitación social (por ejemplo, un momento revolucionario) se dice que hay una ebullición popular. De esta manera, lo que ocurre con el agua o cualquier otro elemento se traslada al ámbito humano, indicándose un estado de transformación que afecta a una parte o al conjunto de la sociedad. Las causas que pueden activar la ebullición social son muy diversas: un enfrentamiento bélico, una crisis económica profunda o un problema humanitario que va en aumento y desemboca en una situación crítica generalizada.
A lo largo de la historia se han dado varios momentos con estas características: la Revolución Francesa de 1789 o la Revolución Rusa de 1917, son dos etapas en las que se vivió una evidente ebullición en la sociedad.