A veces olvidamos que nuestro planeta tiene millones de años y que nosotros, los humanos, llevamos muy poco tiempo en él, hace solamente unos 100000 años. Los dinosaurios, que en griego significa lagarto terrible, poblaron la Tierra hasta hace unos 65 millones de años y todavía no hay una teoría científica definitiva que explique el motivo de su extinción. Una de las más aceptadas es el impacto de un inmenso meteorito sobre el planeta. Este hecho está probado por un cráter que se encuentra en México y restos de un metal muy infrecuente ( el iridio ) hallados por toda la Tierra. El meteorito desencadenó un cambio climático general que afectó a toda la naturaleza, provocando la desaparición de los dinosaurios. Su extinción no fue absoluta porque las aves son animales que descienden de los terribles lagartos.
Los estudios de paleontología se empezaron a desarrollar a mitad del siglo XlX, cuando la teoría de la evolución ya se había consolidado como teoría científica. El hallazgo de restos fósiles de dinosaurios ( que son huesos petrificados por el paso del tiempo ) ha permitido reconstruir cómo vivían estos animales. Los había herbívoros, carnívoros y omnívoros y habitaban en cualquier tipo de hábitat. Una característica común a todos ellos es que tenían las patas por debajo del cuerpo y no a los lados. Su tamaño podía llegar a ser muy superior al mayor de los mamíferos actuales, el elefante. Se cree que vivían en manadas, que su inteligencia estaba poco desarrollada, aunque no se sabe cómo dormían ni dónde parían, dentro o fuera del agua.
El cine ha popularizado a estos animales, que resultan fascinantes, especialmente a los niños. Incluso la ciencia ficción ha llegado a especular sobre la posibilidad de reproducir nuevamente a los dinosaurios a partir de los restos de ADN encontrados.
La afición por ellos ha originado la creación de parques temáticos dedicados a dar a conocerlos. Se realizan reproducciones muy fieles y se recrea el ambiente en el que vivieron, especialmente la época del Jurásico, que da nombre a la famosa película Jurassic Park.
En el fondo, esta afición por los dinosaurios tiene una dimensión muy pedagógica, ya que nos recuerda que el mundo es cambiante y que las especies que pueblan la Tierra van alterando su estado, unas se adaptan y otras no. Esta idea nos permite tener presente que el ser humano no es más que un aspecto de la vida, de la naturaleza en su conjunto.