Un diluvio es una lluvia incesante y abundante que redunda en inundaciones y pérdidas económicas. En este sentido, es una circunstancia desafortunada, existiendo algunas zonas más predispuestas a ellos. Los diluvios pueden estar acompañados de granizo, es decir, de pequeñas conglomerados de hielo que puede aumentar los daños, llegando incluso a provocar heridas a la gente. No obstante, un diluvio puede ser beneficioso si es lo suficientemente corto en tiempo y se genera luego de un período de sequía. Hoy en día, debido a los cambios climáticos motivados por el calentamiento global, puede observarse la existencia de estos fenómenos climáticos en zonas geográficas en donde antes eran inexistentes, hecho que sin duda da cuenta de lo afectado que se encuentra el medio ambiente como consecuencia de la actividad económica del hombre.
Quizá la evocación primera que surja al hablar de diluvio sea aquella que remita al famoso diluvio bíblico. En este episodio denominado diluvio universal, toda la tierra quedó cubierta de agua como consecuencia del accionar de Dios contra la maldad del hombre. La historia relata que Noé pudo escapar a la tragedia a través de un arca que construyó debido al mandato divino, salvando asimismo a sus familiares y a las especies que habitaban la tierra. Así, cuando las aguas cubrieron la tierra permaneció en la embarcación hasta que supo que las mismas se retiraron como consecuencia del retorno de una paloma que sostenía una rama de olivo y que él mismo había lanzado. El relato del diluvio por supuesto es un relato figurado que hacía a la fe de Israel y que el cristianismo retoma como inspirado pero no histórico; puede encontrarse en el libro del Génesis.
Hoy en día, si bien es improbable reconocer de antemano la posibilidad cierta de un diluvio, aunque sí es posible dar cuenta de la posibilidad de lluvias con cierta antelación; en este caso, la diferencia es meramente de orden cuantitativo. En efecto, en un diluvio las precipitaciones en función del tiempo son extremadamente abultadas. En cualquier caso, siempre es posible establecer algunas medidas proactivas que puedan ayudar en caso de inundaciones, redirigiendo algunos de los cursos de agua, entubando otros, etc. Todas estas posibilidades implican una erogación que se ve compensada por los destrozos y perdidas económicas que se ahorran cuando se desata un fenómeno de estas características. Quizá, a medida que pase el tiempo veamos diluvios con mayor frecuencia como consecuencia de los cambios climáticos que se evidencian permanentemente.