Para conocer una palabra, vale la pena remontarse a su origen etimológico. En el caso de detrimento, viene del verbo latino deterere, siendo su sustantivo detrimentum, que significa desgaste debido al frotamiento. Detrimento es el inconveniente o perjuicio que se padece por algún motivo. Normalmente se utiliza en forma de locución: ir en detrimento de ( esta inversión va en detrimento de mi capital ).
No es un concepto muy habitual, ya que hay otras maneras más sencillas de expresar la misma idea. Veámoslo con un ejemplo. Quiero comentar que un vecino me ha causado un problema en mi casa debido a las obras realizadas en la suya. Si ante esta situación dijera » las obras del vecino van en detrimento de mis intereses «, se trataría de una frase correcta, pero poco coloquial e impropia del lenguaje corriente. Hay que tener en cuenta que detrimento es, en gran medida, un cultismo, y como tal se utiliza poco.
Lo que resulta evidente es que al comunicarnos necesitamos valorar las cosas y lo hacemos en dos grandes bloques: lo positivo y lo negativo. Unas palabras están en un conjunto y otras se encuentran en el otro. Detrimento es un término que se encuentra en el conjunto de conceptos negativos, ya que su sentido expresa disminución o agravio, es decir, algo claramente perjudicial.
Por otra parte, también se usa de manera comparativa cuando se trata de analizar las ventajas e inconvenientes de algo. Decimos que esto va en nuestro detrimento, porque también existe aquello que va a nuestro favor. También es bastante corriente que haya un doble significado, es decir, algo es beneficioso y a la vez es perjudicial, dependiendo esta valoración del punto de vista que se utilice o de las personas implicadas. Imaginemos que un estado realiza una inversión importante en infraestructuras para mejorar el transporte. Ese dinero, es inicialmente un gasto, por lo que va en detrimento de las arcas públicas. Pero ese gasto puede entenderse como una inversión útil y necesaria, por lo que no va en detrimento sino todo lo contrario.
Al utilizar este concepto se intenta constatar un hecho más o menos evidente: se ha producido un daño. En principio, simplemente se describe lo que ha sucedido y es muy probable que posteriormente haya una reflexión sobre la intencionalidad o la responsabilidad de quien ha originado el detrimento.