El nivel de bienestar de los ciudadanos de un país se puede medir y evaluar a través de un concepto genérico, el índice de desarrollo humano, también conocido por sus siglas IDH. Este índice no mide un aspecto concreto del bienestar común ( por ejemplo, el PIB mide el crecimiento económico ) sino un conjunto de parámetros que se consideran significativos sobre la situación de un país.
Se podría afirmar que el IDH es un instrumento estadístico de medición para hacer una radiografía general de una nación y del conjunto del planeta.
¿Qué mide el índice de desarrollo humano?
Hay dos tipos de aspectos que están sujetos a medición estadística, unos de carácter general y unas tasas más concretas. Entre los generales hay que destacar el índice de natalidad, el índice de pobreza, el PIB y la alfabetización. Entre las tasas más específicas podemos mencionar las tasas de matriculación de población escolar o los años de escolarización. Estos y otros datos son recogidos de una manera estadística por las distintas naciones y a partir de unas fórmulas matemáticas se establecen unos resultados definitivos que finalmente se plasman en el IDH.
Si tomamos como referencia el conjunto de las naciones del planeta, los estudios elaborados indican que naciones como Suiza, Noruega o Australia están a la cabeza del IDH. En una posición intermedia estaría Colombia, Costa Rica o Uruguay. Naciones como Níger, Haití o Eritrea están a la cola del IDH mundial.
El conocimiento del índice de desarrollo humano
Naciones Unidas es la institución responsable de elaborar informes anuales sobre el IDH, tanto de las naciones concretas como del conjunto del planeta. En otras palabras, este indicador general aporta una visión de la humanidad en su conjunto.
Hay que tener en cuenta que los resultados obtenidos son objetivos y permiten extraer conclusiones sobre las tendencias generales y el progreso de cada país.
Críticas al concepto de desarrollo humano
No todos los analistas están de acuerdo en los criterios empleados para analizar el desarrollo humano a partir de unos índices. Algunas de las críticas más significativas son las siguientes:
– En el IDH no se reflejan las diferencias existentes en una población determinada, pues simplemente se extrae un valor numérico promedio. Por otra parte, los distintos valores promedio no permiten conocer cómo se distribuyen en una población determinada.
– Las fórmulas y los criterios del IDH no son fijas y se cambian periódicamente, lo que pone de manifiesto que el concepto matemático de desarrollo humano es insuficiente para reflejar la realidad humana.
– No se incorporan criterios relacionados con el medio ambiente y con la seguridad.
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