La palabra desarrollo tiene un significado pero múltiples acepciones. Para una definición general, diremos que desarrollo es un proceso de evolución. Utilizado en biología, por ejemplo, es el proceso en el cual cualquier organismo vivo evoluciona, desde un origen o punto cero, hasta alcanzar su máximo de condición posible, como puede ser la adultez o madurez. Pero existen otras acepciones para desarrollo, y ahora las repasaremos.
Un concepto muy utilizado es el de desarrollo humano. Economistas como el hindú Amartya Sen o el argentino Bernardo Kliksberg, definen al desarrollo como una mejora en la calidad de vida de las personas, integrando sus aspectos políticos, sociales, económicos, que en conjunto suponen una evolución social. En primer término, prevé que las personas puedan tener cubiertas sus necesidades básicas, luego las complementarias, y todo esto en un entorno de respeto hacia los derechos humanos. Es más, diríamos que desarrollo humano y derechos humanos son dos términos que van estrechamente ligados, “de la mano”.
Que la persona pueda elegir qué proyecto de vida quiere para su propia existencia, dentro de una multiplicidad de opciones es el objetivo o la misión máxima del desarrollo humano. Cada uno de nosotros podamos elegir cómo vivir, de qué trabajar, cómo constituir una familia, qué fe religiosa profesar, entre muchas otras cuestiones. El Índice de Desarrollo Humano, diseñado por las Naciones Unidas, utiliza determinadas variables como acceso a servicios básicos (como el agua potable), los porcentajes de alfabetización o de natalidad/mortalidad infantil, la esperanza de vida, que permiten medir cuál es el nivel de desarrollo humano en un país o región determinada.
Para tal fin, el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) fue creado como organismo promotor del desarrollo humano, para aumentar las posibilidades de las personas en las sociedades más vulnerables y en situación de riesgo. El Informe Anual que elabora este organismo año tras año, permite vislumbrar el avance del desarrollo en diferentes países o regiones mundiales.
Por último, el desarrollo ligado a la economía, o desarrollo económico, es la capacidad de un país para generar riquezas (y mantenerlas luego a lo largo del tiempo) con el objetivo de ofrecer prosperidad o “bienestar” tanto económico como social a sus habitantes. Claro que para esto, serán esenciales las medidas políticas que favorezcan dicho desarrollo, la postura del gobierno ante el mercado y los programas sociales que permitan el crecimiento de los sectores más vulnerables o desprotegidos.