Principal - Historia

Definición de Demagogia características, y ejemplos de prácticas

Mercedes Roch
Lic. en Historia

La etimología de la palabra proviene del griego dēmagōgía, formada por los vocablos dēmos, que refiere al pueblo, y ago, vinculado a guiar, orientar, conducir, es decir que alude a la dirección política del pueblo. Si bien en la Antigüedad clásica era considerada como la forma corrupta de la democracia, su concepción ha ido modificándose al calor de las coyunturas históricas.

En la actualidad, se entiende por demagogia a la estrategia a la cual recurre un candidato político por la cual se apela a las emociones del electorado, se hace uso de omisiones o se exagera el alcance de las promesas electorales. Así, teniendo en cuenta que en la mayoría de los Estados modernos se acude a ese tipo de recursos, se entiende que la demagogia es intrínseca a la democracia.

La demagogia, como práctica política, fue definida y problematizada por primera vez en la Antigüedad clásica por parte del filósofo griego Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.). El reconocido pensador elaboró un esquema en que estableció los tres tipos de gobierno puros a los cuales contrapuso sus desviaciones. En este sentido, según Aristóteles, la demagogia constituiría la forma corrupta de la democracia por la cual un gobierno tiránico actuaría solo en favor de los sectores populares, desestimando los intereses de las elites y, de esa forma, evitando atender a las necesidades del pueblo en su conjunto. Así, desde la óptica del filósofo, los demagogos se darían el rol de intérpretes de los intereses del pueblo pero desestimarían a las elites y manipularían a las leyes y las instituciones en su favor personal.

Posteriormente, tras el surgimiento del Estado moderno y la extensión de los sistemas democráticos a nivel global, se elaboraron otras interpretaciones respecto del concepto de demagogia. Así, Max Weber, uno de los principales pensadores sobre el tema, desarrolló su teoría por la cual entiende que la demagogia sería inherente a la democracia ya que, en la mayoría de los casos, los políticos utilizan en su favor las coyunturas y apelan a las emociones, a promesas vacías, a campañas dirigidas, con el fin de acceder al poder o mantenerse en él. Esta definición es la que se utiliza hasta la actualidad.

Características

La demagogia es una práctica política muy antigua que es utilizada por los candidatos políticos para obtener votos y/o perpetuarse en el poder. La misma se caracteriza por apelar a las emociones de los votantes y por estimular sus ambiciones mediante promesas relacionadas con necesidades básicas como el acceso a la salud, la vivienda y la alimentación. Así, una característica fundamental de la demagogia es que se enfoca en elaborar discursos que incluyen a las masas y que apelan a sentimientos como el amor hacia sus seguidores o el odio hacia los opositores, evitando los aspectos puramente políticos.

Los críticos de esta práctica política consideran a los demagogos como líderes carismáticos que tienen el poder de convencer y manipular a las masas mediante promesas que son, en los hechos, irrealizables con el fin de instituirse como los únicos jefes que concentren el poder. Sin embargo, esta perspectiva pierde de vista que las masas cuentan con voluntad y con inteligencia política para elegir a sus representantes.

En la actualidad, el concepto de demagogia no es utilizado como categoría de análisis en la Ciencia Política ya que se entiende que la mayoría de las democracias modernas serían demagógicas si nos atenemos a la definición weberiana. Esto es así porque los políticos suelen acceder al poder utilizando técnicas de marketing, personalizando las candidaturas, y elaborando discursos con términos imprecisos (como “alegría” o “seguridad”) que pueden ser interpretados de diversas maneras, entre otras.

Ejemplos de prácticas demagógicas

Estas son algunas de las prácticas demagógicas más comúnmente utilizadas en la actualidad:

• Aclamación de promesas que en la práctica son irrealizables.

• Admiración y actitud halagadora hacia el electorado.

• Demonización de la oposición.

• Utilización de conceptos que pueden ser interpretados de diversas formas para que el contenido de los discursos encuentre eco en una mayor porción de la población.

• Omisiones o presentación incompleta de la información.

• Uso tendencioso de las cifras y estadísticas.

• Instauración de falsos dilemas entre lo que sería bueno y lo que sería malo.

Referencias bibliográficas

Aristóteles (2007). “Política”, Barcelona: Gredos.

Autora

Escrito por Mercedes Roch para la Edición #118 de Enciclopedia Asigna, en 11/2022. Mercedes es Profesora y Licenciada en Historia, egresada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Maestranda en Estudios Culturales Latinoamericanos. Autora de Primeras (Editorial Malisia).