La Criminalística es una disciplina que, haciendo uso de diferentes recursos, métodos y técnicas de investigación, estudia todo aquello relacionado con posibles delitos de distinta naturaleza que hayan tenido lugar, tratando de dar respuesta a la sucesión de hechos así como a su autoría.
Así, la criminalística limita su investigación al hecho acaecido, siguiendo para ello una serie de pasos que den una respuesta lógica a una pregunta concreta.
Criminalística de campo
Dentro de la criminalística se puede diferenciar entre diversas ramas, siendo una de las más importantes la criminalística de campo. Ésta es la encargada de llevar a cabo la investigación que se realiza en el propio escenario.
Los criminalistas de campo deben investigar el lugar donde haya acaecido el suceso, o bien el lugar dónde se encuentran los indicios relacionados con el mismo. Se trata, por tanto, de la intervención a pie de campo celebrada inmediatamente a continuación de conocerse los hechos.
Es en la criminalística de campo donde se encuentra la mayor fuente de información que se puede obtener a partir de los indicios encontrados, pero curiosamente, no existe un procedimiento estándar para la recogida de datos en el lugar del suceso. En su lugar hay diferentes métodos que los criminalistas pueden utilizar dependiendo de las características concretas de cada caso, como por ejemplo: la protección del lugar de los hechos, la colección de indicios o la fijación del lugar.
Entre sus diversos cometidos y/u objetivos, esta rama de la criminalística es la encargada de preservar de forma adecuada el lugar de los hechos, llevar a cabo una observación minuciosa de dicho espacio y suministrar al laboratorio las evidencias halladas para un estudio pormenorizado de las mismas.
Criminalística de laboratorio
A colación de este último punto encontramos la otra gran rama de la ciencia criminalística, la que lleva a cabo su trabajo dentro de las paredes de un laboratorio. De esta manera la criminalística de laboratorio usa instrumental científico para el estudio de los indicios, ya sea para su cuantificación o identificación.
Opera en la parte final de la investigación y permite pasar de las aproximaciones a las precisiones, confirmando la naturaleza de los indicios, estableciendo la forma exacta en que sucedió el hecho y las consecuencias físicas de su desarrollo. Esta parte del proceso resulta clave para delimitar la inocencia o culpabilidad de un sujeto determinado, ya que es la que arroja conclusiones irrefutables.