La Revolución de Mayo acaecida en Mayo del año 1810 en la Argentina, sin lugar a dudas, constituye el primer paso político de la región hacia la consecución de su independencia respecto de España.
Fueron muchos los hombres que se comprometieron con tal fin, en tanto, uno de los más destacados y que incluso hasta integró el primer gobierno patrio e independiente fue el General Cornelio Saavedra.
Su formación militar coronada con el cargo de Jefe del Regimiento de los Patricios, a instancias de las invasiones inglesas, fue determinante a la hora de convertirlo en una figura política de peso por aquel tiempo en el que las Provincias Unidas del Río de la Plata demandaban su autonomía.
Presidió la Primera Junta, el primer órgano de gobierno tras la Revolución de Mayo y más tarde la evolución de ésta, la Junta Grande.
Cornelio Judas Tadeo de Saavedra y Rodríguez, tal era su nombre completo, nació el 15 de Septiembre del año 1759 en Otuyo, Corregimiento de Potosí (hoy Bolivia), dependiente del Virreinato del Perú, en el seno de una familia de origen español.
Cuando Cornelio contaba con ocho años de edad, su familia se trasladó a la provincia de Buenos Aires y entonces concurrió al Colegio de San Carlos, actual Colegio Nacional Buenos Aires, en el cual destacaría estudiando filosofía y gramática latina.
No llegaría a finalizar sus estudios como consecuencia que debió hacerse cargo de la estancia de la familia.
Cuando corría el año 1788 se casa con su prima hermana, María Francisca Cabrera y Saavedra, con la cual estaría casado durante diez años hasta que la muerte de ella le puso punto final a la unión.
En el año 1797 inicia formalmente su carrera política con un trabajo en el Cabildo de Buenos Aires; cabe destacar, que en este órgano de gobierno, Saavedra, desplegaría varios cargos.
Fue regidor y alcalde de primer voto.
Un año después del comienzo del nuevo siglo, en 1801, Saavedra, vuelve a casarse, esta vez con Saturnina Bárbara Otálora y del Ribero, la hija de un adinerado comerciante.
Y en el año 1805 fue designado como administrador de granos en un organismo dependiente del gobierno que precisamente se encargaba de la distribución de granos y otros cereales en la ciudad de Buenos Aires.
En tanto, su vocación militar nacería en el año 1806 con la amenaza inglesa en las llamadas invasiones inglesas a Buenos Aires.
El virrey por aquel tiempo, Santiago de Liniers, había ordenado la formación de milicias, conformadas en función de la región y de las armas, uno de los más importantes en número fue el Cuerpo de Patricios, integrado por voluntarios de infantería oriundos de Buenos Aires; como cada batallón tenía la posibilidad de elegir a sus jefes, Saavedra, fue el elegido por sus colegas.
El triunfo frente a los ingleses, especialmente logrado gracias a la unión de los habitantes, marcó un cambio político en la región, ya que los criollos, quienes ostentaban una menor participación política, comenzaron a demandar más presencia y capacidad de voto…
y Saavedra fue uno de los que más comenzaría a abogar por ello.
A partir del año 1808 su actividad política se intensificaría y participaría de reuniones que buscaban un cambio de rumbo político.
Vale destacar, que Saavedra siempre fue partidario de la revolución, aunque, con una postura más medida y conservadora que por ejemplo la impulsada por Mariano Moreno y Juan José Castelli.
Cuando en Mayo de 1810 llega al Río de la Plata la noticia de la caída de España en manos francesas, comienza a gestarse la famosa revolución de 1810.
Como destacado jefe militar, Saavedra, por un lado fue convocado por los revolucionarios, y por el otro por el virrey en ejercicio para actuar contra una posible insurrección.
Saavedra se puso del lado de los revolucionarios.
Tras la Revolución de Mayo se instaló la Primera Junta y Saavedra fue designado como presidente de la misma.
Su claro alejamiento de la postura radical morenista le valió en varias oportunidades acusaciones de conspiración.
Con la llegada del Triunvirato, Saavedra, fue perseguido y juzgado, concluyendo tal situación con su destierro en la provincia de San Juan.
En el año 1818 vuelve a ser conocido gracias a la mediación del director Pueyrredón y fue nombrado como jefe del estado mayor del ejército.
También asumiría el cargo de comandante de campaña, desde donde desempeñaría diversas acciones de defensa.
En el año 1822 se retira del ejército, falleciendo en Buenos Aires el 29 de marzo del año 1829.
El mismo año de su muerte escribió una autobiografía, Memoria Autógrafa , en la cual explica desde su visón los diferentes asuntos en los que intervino, ya que por aquel tiempo había sido seriamente cuestionado y entonces quería dejarles a sus hijos una explicación en primera persona.