Utilizamos la palabra conexión para indicar que entre dos cosas, sistemas o personas hay algún tipo de vínculo apropiado. De esta manera, la conexión tiene una dimensión material y otra inmaterial. Si hablamos de aparatos o dispositivos eléctricos, éstos solamente funcionarán si hay una correcta conexión con la red eléctrica. Si nos referimos a dos personas, se producirá una conexión entre ellas en el caso de que se lleven bien, se amen o tengan algún tipo de buena relación. Por último, la idea de conexión presenta igualmente una dimensión de carácter espiritual o enigmático.
Conexiones tecnológicas
La tecnología ha avanzado tanto en las últimas décadas que una gran parte de los habitantes del planeta tienen formas distintas de conexión. Resulta difícil imaginar un día cualquiera sin tener una conexión telefónica o de internet. Estamos conectados con dispositivos que, a su vez, nos permiten establecer una conexión con otras personas, tal y como sucede con las redes sociales. En este sentido vivimos en un mundo interconectado y una hipotética desconexión en lo relativo a la información implicaría una situación de caos y desorden.
La conexión entre individuos
Dos estudiantes que estudian en un mismo centro o dos compañeros de trabajo tienen un tipo de conexión, pues en ambos casos se comparte algo. Sin embargo, cuando hablamos de conexión hacemos referencia normalmente a los lazos afectivos. La amistad, el amor, el compañerismo son ideas que presuponen un vínculo profundo entre las personas y, por lo tanto, en este tipo de relaciones nos encontramos ante una forma de conexión emocional.
La conexión espiritual
El espíritu humano es complejo y esto implica que la noción de conexión puede ir más allá de una relación personal. De hecho, en cualquier vivencia religiosa se experimenta una conexión entre el creyente y Dios. No es algo racional o que pueda explicarse desde una óptica similar a la que existe en una unión de tipo emocional sino que estamos ante una cuestión de fe y quien siente este tipo de conexión entre él y Dios percibe en su interior un sentimiento de plenitud, pues su finitud como individuo está ligada a la infinitud y la perfección de Dios.
Ciertos fenómenos paranormales son explicados por algún tipo de conexión y esto es lo que sucede con el espiritismo, una práctica en la que un médium entra en contacto con el espíritu de una persona ya fallecida. De todas maneras, la conexión con el más allá del espiritismo está rodeada de misterio y no hay ninguna evidencia que demuestre su autenticidad.
Otra forma peculiar de conexión es la que se da con la telepatía, en la que una persona es capaz de saber lo que piensa otra, un fenómeno que en la actualidad no puede ser explicado de una manera científica y, de hecho, algunos sostienen que la telepatía tiene más relación con la magia que con la conexión mental entre individuos.