La célula es la unidad básica de cualquier forma de vida. Cuando se unen varias células vegetales o animales se forman tejidos y la unión de tejidos forman los distintos órganos. La interacción de los diferentes órganos conforma sistemas y estos a su vez aparatos.
Comprendiendo el citoplasma
Una célula posee una membrana plasmática que le proporciona su integridad y permite la separación con el medio externo. El protoplasma es la sustancia viva de la célula y se subdivide en dos compartimentos: el citoplasma y el carioplasma. El primero va desde la membrana celular hasta la envoltura nuclear. El segundo conforma el núcleo de la célula.
El citoplasma está formado básicamente por agua y esta parte se conoce como citosol (en él se almacenan las sustancias básicas que conforman las células, como el potasio o el calcio). Por otra parte, en el citosol están flotando los organelos, que son estructuras metabólicamente activas que cumplen funciones distintas (almacenamiento de energía, la presión osmótica, la digestión intracelular o la producción de ATP). Así mismo, el citoesqueleto es la parte de citoplasma que mantiene la estructura celular y facilita la división de las células.
Mucho más que una simple bolsita de agua
Antiguamente se consideraba que el citoplasma era simplemente una bolsita acuosa que contenía moléculas y partículas que actuaban libremente. Con el tiempo se ha comprobado que en su interior existen proteínas.
En cuanto a sus funciones, se encarga de activar los procesos bioquímicos y metabólicos de las proteínas, los lípidos y los hidratos de carbono. Paralelamente, esta estructura mantiene la polaridad de la célula, participa en el movimiento celular e interviene en la formación del huso mitótico. Se podría decir que complementa las funciones del núcleo celular.
Un genio olvidado fue el descubridor del citoplasma
Esta estructura celular fue descubierta en el siglo XVll por el científico británico Robert Hooke. Como es lógico, este descubrimiento fue posible por la invención del microscopio. Robert Hooke fue, además, el primero en emplear la palabra célula en el contexto de la biología (empleó este vocablo porque las estructuras vegetales que observó en el microscopio le recordaban a los pequeños cuartos o celdas donde vivían los monjes).
La palabra célula viene del latín cellula, que quiere decir pequeña celda.
Robert Hooke (1635- 1703) no se centró únicamente en el ámbito de la biología, pues también realizó avances en otras áreas. Así, formuló una teoría del movimiento planetario, estudió el proceso de la combustión y desarrolló la teoría de la elasticidad (esta teoría es conocida como la ley de Hooke).