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Definición de Ciclo Cardíaco cámaras (aurículas, ventrículos y diástole)

Tatiana Bengochea
Lic. en Ciencias Biológicas

El ciclo cardíaco comprende una serie de pasos secuenciales de contracción y relajación de las diferentes cámaras que componen al corazón y permiten su latido coordinado para poder abastecer de sangre a todos los tejidos del organismo. Dichos pasos son la sístole auricular, la sístole ventricular, y la diástole o período de relajación.

Las cámaras del corazón

El corazón se divide a través de un tabique vertical que separa la mitad derecha de la izquierda. A su vez, cada mitad contiene un tabique transversal que separa la parte superior de la inferior. Así, se generan un total de cuatro cámaras independientes.

Las mitades superiores se denominan aurículas, y las inferiores, ventrículos. Los tabiques transversales que separan las aurículas de los ventrículos contienen válvulas que permiten el paso de la sangre cuando se abren, y lo impiden cuando se cierran. También encontramos válvulas a la salida de los dos ventrículos.

La aurícula derecha recibe la sangre desoxigenada que proviene del cuerpo a través de la vena cava superior y la vena cava inferior. La sangre continúa su camino dentro del corazón atravesando la válvula tricúspide e ingresa en el ventrículo derecho. La contracción de este último, envía la sangre desoxigenada hacia los pulmones a través de la arteria pulmonar, atravesando primero la válvula sigmoidea o semilunar.

En los pulmones, la sangre se oxigena y retorna nuevamente al corazón a través de cuatro venas pulmonares, más específicamente a la aurícula izquierda. Luego, atraviesa la válvula mitral o bicúspide que la separa del ventrículo izquierdo para ingresar en él. El ventrículo izquierdo se contrae y envía la sangre oxigenada hacia el resto del cuerpo. A su salida del corazón, la sangre atraviesa una válvula sigmoidea o semilunar, e ingresa a la arteria aorta.

Este sistema de cámaras independientes permite que la sangre desoxigenada nunca se mezcle con la sangre oxigenada, aumentando así la eficiencia del sistema para abastecer de oxígeno a todas las células y tejidos del cuerpo, como así también para eliminar el dióxido de carbono que es producto de desecho del metabolismo celular.

Sístole auricular

En la sístole auricular, las aurículas (derecha e izquierda) llenas de sangre se contraen aumentando su presión interna y produciendo un latido. De esta manera, la sangre contenida en ellas es impulsada a través de las válvulas tricúspide y mitral abiertas hacia los ventrículos (derecho e izquierdo, respectivamente), que se encuentran relajados.

Este paso del ciclo cardíaco tiene una duración de aproximadamente 0,1 segundo, y envía alrededor de 25 mililitros de sangre desde cada aurícula a su respectivo ventrículo, que ya se encontraban igualmente cargados con alrededor de 105 mililitros de sangre cada uno en su interior.

Sístole ventricular

Inmediatamente después de la sístole auricular, ocurre la sístole ventricular. Lo primero que ocurre en este paso es el cierre de las válvulas tricúspide y mitral que estaban abiertas en el paso anterior. De esta manera, la sangre no puede retornar desde los ventrículos hacia las aurículas, que ahora se encuentran relajadas.

Luego de alrededor de 0,05 segundos en los que todas las válvulas se encuentran cerradas, los ventrículos se contraen con gran fuerza aumentando su presión interna, produciendo un segundo latido y la apertura de las válvulas semilunares, enviando así la sangre hacia las arterias pulmonar y aorta, para dirigirla hacia los pulmones y hacia el resto del cuerpo, respectivamente. Dichas arterias reciben, cada una, alrededor de 70 mililitros de sangre tras cada sístole ventricular (volumen sistólico). Dentro de los ventrículos quedan alrededor de 60 mililitros de sangre remanente (volumen residual).

La sístole ventricular tiene una duración aproximada de 0,3 segundos, de los cuales 0,05 segundos, como se mencionó, corresponden a un período en el que todas las válvulas de los ventrículos se encuentran cerradas, y en los 0,25 segundos restantes ocurre la eyección ventricular de la sangre tras la apertura de las válvulas.

Diástole o período de relajación

La diástole o período de relajación se produce cuando las cuatro cámaras del corazón se encuentran relajadas simultáneamente y dura alrededor de 0,4 segundos (puede variar de acuerdo a la frecuencia cardíaca).

La relajación de las aurículas disminuye la presión en su interior y permite que la sangre ingrese al corazón a través de ellas. A su vez, también disminuye la presión en los ventrículos que se relajan, y parte de la sangre de la aorta y de la arteria pulmonar retornan hacia el corazón. Esto produce el cierre de las válvulas semilunares, y por un pequeño período de tiempo todas las válvulas del corazón se encuentran cerradas.

Luego, el aumento de presión en las aurículas por la entrada de sangre desde las venas cavas y las venas pulmonares hace que se abran las válvulas tricúspide y mitral que las separan de los ventrículos. Así, parte de la sangre también pasa a los ventrículos a baja presión antes de la siguiente sístole auricular, lo cual marca el inicio de un nuevo ciclo cardíaco.


Referencias bibliográficas

Didáctica, Enciclopedia Temática Ilustrada. Tomo 2, ‘’El Hombre’’. Editorial Oriente S.A.

Tortora, G. J y Derrickson, B. (2018). ‘’Principios de Anatomía y Fisiología’’. 15a edición. Ciudad de México: Editorial Médica Panamericana.

Autora

Escrito por Tatiana Bengochea para la Edición #121 de Enciclopedia Asigna, en 02/2023. Tatiana es Lic. en Ciencias Biológicas y Prof. en Biología. Graduada en la UBA, Arg.