Chichén Itzá fue una antigua ciudad maya situada en la península mexicana de Yucatán, en el estado de Quintana Roo. Hoy en día constituye uno de los yacimientos arqueológicos más visitados del mundo, destacado por sus diseños arquitectónicos que dan cuenta del importante desarrollo de la civilización maya. Debido a que estuvo dominada, según el momento histórico, por pueblos con características diversas, sus construcciones muestran la aplicación de distintas técnicas e influencias. Fundamentalmente, destaca la influencia del pueblo tolteca, originario del norte de Mesoamérica. De hecho, gran parte de las edificaciones fueron construidas para honrar al dios Kukulcán, una reinterpretación maya de la principal deidad tolteca, Quetzalcóatl o “la serpiente emplumada”. Por lo mencionado, Chichen Itzá fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad en el año 1988 por parte de la UNESCO. Asimismo, desde 2007, el Castillo de Kukulcán es considerado como una de las siete nuevas maravillas del mundo.
Historia
Los mayas conformaron una compleja cultura mesoamericana cuyos primeros registros datan de alrededor del año 1800 a.C. Se trató de una civilización que estaba compuesta por diversas ciudades-Estado que contaban con cierta independencia entre sí ya que cada una de ellas era gobernada por su propio soberano. Sin embargo, se entiende que los gobernantes se concebían a sí mismos como hermanos ya que consideraban que estaban unidos por un antepasado común. Asimismo, las ciudades-Estado mayas compartían la lengua, la religión y ciertas tradiciones comunes.
Chichen Itzá fue una ciudad fundada alrededor del año 600 d.C. por parte de una esas ciudades-Estado mayas: los itzáes. Los mismos, aplicando una efectiva política de conquista, avanzaron por gran parte de la península de Yucatán y rápidamente la ciudad de Chichen Itzá se convirtió en un importante centro político, cultural, comercial y religioso. Sin embargo, los enfrentamientos violentos entre distintos pueblos impactaron sobre sus estructuras y gran parte de sus edificios fueron destruidos.
A partir del siglo IX, los toltecas invadieron la región y ocuparon la ciudad, construyendo y reconstruyendo gran parte de las edificaciones. De hecho, la mayoría de los edificios que perduran son los construidos entre los años 800 y 1100. En ellos es evidente la influencia tolteca, presente en la representación de soldados y deidades, junto con el culto a la serpiente emplumada.
Hasta el siglo XIII, Chichen Itzá funcionó como la ciudad más importante del norte maya. Posteriormente, la ciudad fue abandonada y utilizada como centro ceremonial, cayendo finalmente en el abandono tras la conquista española en el siglo XVI. Esta ciudad fue redescubierta por los exploradores en el año 1873, momento en que se restauraron sus edificaciones que perduran en buenas condiciones hasta la actualidad.
Estructura arquitectónica
Chichén Itzá es conocida sobre todo por su arquitectura monumental que incluye algunas de las estructuras más importantes de la antigua civilización maya. Por tal motivo, se trata de un trascendental yacimiento arqueológico que permite comprender tanto la vida cotidiana como la cosmovisión de los mayas.
La más famosa de sus edificaciones es el Castillo de Kukulcán, una gran pirámide que mide alrededor de 30 metros de altura. La misma consta de nueve niveles, cada uno de los cuales representa uno de los niveles del inframundo maya. Asimismo, está compuesta por una escalera conformada por 91 escalones a cada lado de la pirámide y uno en la cima. Se entiende que el número es intencional para representar a los 365 días del año, lo cual da cuenta de los importantes conocimientos astronómicos a los que había arribado esta civilización. Prueba de ello también es la configuración de la imagen de una serpiente descendiendo del Castillo de Kukulcán que se forma con la proyección del sol y la sombra en los equinoccios de primavera y otoño.
La ciudad también contiene otras estructuras monumentales, como el Templo de los Guerreros, el Gran Juego de Pelota y el Observatorio. Todas estas estructuras están diseñadas y decoradas con tallas y esculturas que representan a los dioses del panteón maya. A su vez, destaca el Tzompantli o Plataforma de las Calaveras en que se representan figuras de cráneos, lo cual permite comprender la fuerte presencia del espíritu militar y la importancia que esta cultura brindaba a los sacrificios humanos.