Una caricatura es un tipo de dibujo en el que se representa generalmente la cara de una persona, deformando sus rasgos faciales con una intención humorística.
Los dibujantes que emplean esta técnica son los caricaturistas y es un estilo caracterizado por su elaboración rápida e ingeniosa. Se trata de una modalidad artística muy popular, especialmente en las calles que son muy concurridas por transeúntes y turistas, quienes pueden solicitar este tipo de dibujos a los artistas callejeros que viven de ello. La técnica que emplean es exagerar los rasgos faciales de las personas retratadas, para que éstas se puedan reconocer en el dibujo pero con una imagen distorsionada de ellos mismos. Normalmente cobran precios populares y asequibles. Mientras reproducen humorísticamente la fisonomía del retratado, son observados por los paseantes, que se detienen para disfrutan de la destreza técnica del caricaturista y de su particular visión del cliente.
No hay un único enfoque de esta modalidad creativa. Hay artistas que hacen caricaturas de personajes famosos y en los periódicos el humorismo gráfico emplea este estilo para ridiculizar o criticar a personajes relacionados con la actualidad. En este sentido, su finalidad es satírica y mordaz, pues el dibujo tiene una intencionalidad social crítica. En algunos casos, la caricatura se realiza de cuerpo entero, alterando también las características reales del retratado.
El mundo del cómic recurre a este estilo para crear personajes simpáticos y llamativos. Incluso en la publicidad y en el cine se emplea esta forma de expresión. Entre los muchos ejemplos que se podrían citar, hay uno muy singular: la mascota de un perro que se empleó como símbolo de las Olimpiadas de Barcelona en 1992. Este perro se llamaba Cobi y el artista que lo creó es Javier Mariscal.
Hay un sentido diferente de la palabra caricatura. Cuando alguien explica algo con la intención de deformar o alterar una realidad, se dice que está haciendo una caricatura, es decir, no está siendo fiel a lo que describe y presenta unos rasgos irreales. Al describir o referirse a alguien caricaturizadamente, se le está ridiculizando. Se trata de un ataque personal y normalmente no tiene un propósito humorístico, sino que simplemente se aspira a desacreditar a otra persona.
Etimológicamente, viene del italiano caricare, que quiere decir exagerar, y es precisamente la exageración el recurso utilizado para hacer caricaturas, ya sea como un dibujo, una explicación falsificada o una crítica de la realidad ( este último caso es muy habitual entre algunos humoristas ).