Cuando hablamos cometemos errores de tipo gramatical, utilizamos palabras de manera inapropiada o tenemos algún vicio determinado en la comunicación. Uno de los vicios más comunes es la cacofonía. Consiste en emplear un fonema de manera repetitiva, ya sea en la expresión oral o en la escrita. Hay que tener en cuenta que utilizar una palabra o un sonido de manera excesiva genera una cierta distorsión en la comunicación y, por lo tanto, la cacofonía se considera un vicio del lenguaje.
Con respecto a la etimología del término, cacofonía viene del vocablo griego kakós, que quiere decir mal o malo y phone, que significa sonido o voz. La eufonía sería el fenómeno contrario, ya que el prefijo eu quiere decir bueno, por lo que la eufonía indica que el sonido de las palabras suena bien.
Ejemplos de cacofonías
Hay que partir de una consideración previa: no hay una regla precisa en relación con las cacofonías, pues simplemente se trata de palabras o sonidos que resultan poco apropiados en cuanto a su sonoridad.
Si digo «la caja y la cajetilla encajan bien» podemos observar que hay una repetición de sonidos y esto produce una cierta dificultad en la pronunciación. En la oración «Ana ama a Amador», también hay una cacofonía, que en este caso se debe a que la letra a tiene una presencia demasiado notoria. Otros ejemplos serían los siguientes: «los martes Marta martillea su instrumento», «en el ensayo estuvimos ensayando», «como cocos en la comida» o «el té y el tomate te deben gustar». Todos estos ejemplos tienen una característica en común: la sonoridad de los fonemas es chocante y se produce una pequeña dificultad para pronunciar el mensaje y para comprenderlo.
Cómo evitar las cacofonías
Uno de los casos más frecuentes de cacofonías se produce con la palabra que, debido a que un uso repetitivo genera una falta de armonía (por ejemplo, «que es lo que quieres que haga» resulta muy recargado y podría decirse de una manera menos disonante, por ejemplo «dime qué hago»). Este ejemplo, nos permite recordar que para evitar las cacofonías es aconsejable utilizar un mensaje alternativo.
Hay que señalar que podemos decir o escribir algo de muchas maneras y la cacofonía es una forma pobre de comunicarnos, por lo que es conveniente recurrir a mensajes cuya sonoridad no sea inadecuada. Por ejemplo, en lugar de decir «Ana va a Acapulco» sería mejor emplear «el destino de Ana es Acapulco», ya que en la primera oración la letra a tiene una repetición excesiva.