Una de las principales características del ser humano es su capacidad de razonar y, por lo tanto, de realizar buenos juicios sobre diferentes realidades que tengan que ver con su vida o la de los demás. El buen juicio es una capacidad que implica trabajo y que lleva tiempo ya que se logra a partir de la convivencia con los demás y el observar las dinámicas sociales que se van entablando.
La construcción del buen juicio desde la esfera individual
Es sabido que todo fenómeno humano parte de la particularidad individual. Así, debemos hablar primero del buen juicio desde el ámbito individual, lo cual quiere decir que hay que observarlo como una capacidad que cualquiera de nosotros puede lograr. El buen juicio podría ser descripto como una actitud que hace que tomemos decisiones, emitamos opiniones o actuemos de manera lógica, con el uso del sentido común y sensatamente. Esto tendría como consecuencia una mejor calidad de vida ya que nos evitaríamos problemas y actuaríamos con el bien, es decir en beneficio nuestro y de los demás.
El buen juicio desde la esfera social
Todo lo dicho es muy importante pero no es lo único. Como seres sociales que somos, es claro que todo lo que hacemos influye en la sociedad y esta influye al mismo tiempo en nosotros. Así, el buen juicio que logramos desarrollar de manera individual también se da en el ámbito social, es decir que muchas veces nuestra manera de pensar puede construirse a partir del medio social en el que vivimos, lo cual no es estático y permanente sino que puede cambiar y alterarse de manera dinámica. Aquí es cuando el buen juicio puede verse afectado y transformado, tanto positiva como negativamente.
En algunos casos, lo que se entiende como sentido común social es una manera ilógica, agresiva, intolerante o violenta y allí es cuando el buen juicio individual nos debe hacer ver que no podemos ser parte de esas formas de comportamiento que implican discriminación, violencia o agresión de parte de sectores de la sociedad a otros.
Una capacidad que lleva tiempo y paciencia
A pesar de lo que nos diga el estilo de vida actual en el que el tiempo corre y es necesario ser ágil, hay habilidades y capacidades que el ser humano sólo puede desarrollar con tiempo y paciencia. El buen juicio es una de ellas, ya que, como se dijo antes, supone una gran dosis de observación y aprendizaje, de toma en cuenta de un sinfín de variables que influyen en la vida social, etc.