Como su nombre o indica, la biogeografía es una disciplina que se enfoca en el estudio de dos variables en particular, con sus respectivas relaciones: el espacio terrestre y los seres vivos. Esta conjunción de tópicos se orienta por lo tanto a considerar a la forma en que esos seres vivos se distribuyen a lo largo del planeta. Por otro lado, la biogeografía intenta escudriñar en el motivo de esta distribución, como asimismo rastrear circunstancias del pasado que hayan podido influir, trazando en lo que respecta al futuro un margen de especulación. Todas estas consideraciones, cabe señalarlo, distan de ser abstractas, buscan ante todo comprender la forma en que esta distribución podría afectar al hombre desde alguna perspectiva.
En la actualidad, esta disciplina se enfoca en los postulados que señala la evolución, aquellos que en términos sucintos entienden que los seres vivos sufren mutaciones aleatorias que algunos casos pueden significar una ventaja en lo que respecta a la adaptación al ambiente. Estos casos que implican una adaptación son los que tenderán a traspasar a las futuras generaciones los genes involucrados. Toda la vida biológica que podemos encontrar en la tierra se deriva por lo tanto de una primera entidad biológica que fue reproduciéndose y mutando en una pluralidad cada vez más extensa.
Podemos entender según lo expuesto el motivo de la gran variedad de seres vivos que encontramos en el planeta. Toda esta variedad depende en buena medida de la cantidad de ambientes que encontramos en la Tierra. El clima, el medio, las circunstancia geográficas, son elementos que inciden en el hecho de favorecer las distintas características que podemos observar en los seres vivos. A medida de que el planeta cambie también cambiarán en buena medida los organismos que lo habiten, aunque para que se den estos cambios deban pasar enormes cantidades de años.
Otro aspecto a considerar en lo que respecta a la distribución de las poblaciones de organismos son los mismos organismos. En efecto, hasta ahora hemos considerado aspectos abióticos, pero lo cierto es que la interacción que los animales tienen entre sí contribuirá en buena medida a su distribución sobre el planeta. En efecto, el hecho de que algunos animales tengan depredadores o carezcan de los mismos, por ejemplo, puede hacer que se extiendan más o tengan una población mucho más reducida. Por otro lado estas interacciones contribuyen también a nuevas adaptaciones que a su vez harán que exista otro factor para la generación de nuevas especies.